Habitantes del barrio Las Piedritas se enfrentan día a día con las carencias del sector. Aseguran sentirse «desasistidos» por las autoridades gubernamentales desde hace mucho tiempo.
El espacio que por 40 años ha servido de comunidad para un gran número de familias, no cuenta con redes de aguas blancas ni residuales; tampoco ha gozado de planes de asfaltado. En la entrada del barrio inician calles de tierra y piedra.
«Nosotros solo tenemos energía eléctrica, porque hace poco recordaron que formamos parte de este municipio. Pero, no tenemos agua, no tenemos gas, no tenemos accesibilidad a nuestras calles, no tenemos ningún servicio garantizado», contó Martha Vidal, una mujer de 55 años de edad, a quien se le percibe una profunda preocupación por las precariedades del sector.
La extrema pobreza es la fotografía del lugar, según Vidal. «Algunas familias tan solo comen una comida en el día, aquí hay mucha necesidad. La bolsa del clap no nos llega ni cada dos meses», declaró.
Ante la falta de agua, los residentes se ven en la necesidad de buscar en otros lugares, como el sector UD-145 que les queda cerca. Sin embargo, explican que en esa zona, tampoco cuentan con el servicio de manera regular.
Martha Vidal comentó al equipo de Nueva Prensa Digital, otro problema que también les aqueja: la falta de gas. Dice que ante la ausencia de este servicio,también deben ingeniárselas. Los que tienen posibilidades, hacen sus comidas en cocina eléctricas, mientras que la otra cara de la moneda, son familias que cocinan en leña.
La habitante pidió a los entes gubernamentales competentes, al alcalde del municipio Caroní Tito Oviedo, y al gobernador del estado, Ángel Marcano, «Necesitamos que se hagan responsable de sus obligaciones, estamos urgidos, por el gas, las aguas negras y blancas. Merecemos vivir de una manera digna», finalizó.
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