Bogotá.- Dos policías colombianos fueron secuestrados este martes por desconocidos en la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, en vísperas del inicio del cese al fuego que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) hará en abril por la pandemia del coronavirus.
Según la Policía, los uniformados, dos jóvenes auxiliares, fueron secuestrados cerca del caserío de Llano Grande cuando se movilizaban por carretera entre los municipios de Teorama y Ocaña, en el departamento de Norte de Santander.
«En la mañana de hoy se tuvo conocimiento de la desaparición de dos jóvenes que prestaron su servicio militar como auxiliares de Policía en nuestra institución», dijo a periodistas el comandante de Policía de Norte de Santander, coronel John Alzate.
Según el oficial, los dos jóvenes, identificados como como John Carlos Torres Rincón y Dayan Camilo Flórez Gómez, «se desplazaban desde Teorama hacia Ocaña, precisamente donde terminarían hoy su proceso de licenciamiento para regresar al seno de sus hogares».
El oficial agregó que las informaciones que han recibido permiten inferir a las autoridades que los dos jóvenes «se encuentran bajo el poder de organizaciones armadas criminales que delinquen en este sector del departamento».
«Por tal motivo hacemos un llamado vehemente a que se conserve la integridad y la vida de estos muchachos», dijo el coronel Alzate.
En la zona del Catatumbo, conformada por los municipios de Tibú, El Tarra, Sardinata, El Carmen, Convención, Teorama, San Calixto, Ocaña, Hacarí, La Playa, Ábrego y Bucarasica, tiene una fuerte presencia el ELN, pero también opera el Ejército Popular de Liberación (EPL), esta última considerada por el Gobierno como banda criminal.
Ambos grupos libran desde hace más de dos años una guerra para controlar los vastos cultivos de coca de la zona y las rutas del narcotráfico.
CESE AL FUEGO Y NEGOCIACIONES
El ELN, principal grupo guerrillero del país tras la firma de la paz con las FARC, dijo el domingo en un comunicado que suspenderá sus acciones desde el 1 hasta el 30 de abril como «gesto humanitario (…) con el pueblo colombiano, que padece la devastación del coronavirus».
Esa guerrilla inició en febrero de 2017 en Quito unas negociaciones de paz con el anterior Gobierno colombiano que en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana donde la última ronda de diálogos concluyó sin avances a principios de agosto de ese año.
El presidente de Colombia, Iván Duque, condicionó la continuidad de los diálogos de paz a que ese grupo deje de secuestrar y libere a las personas que tiene en su poder.
En su comunicado del domingo, el ELN propuso al Gobierno que esta coyuntura sea aprovechada para facilitar una reunión de representantes del Gobierno con los delegados guerrilleros que permanecen en Cuba, para para buscar un cese el fuego más amplio.
«Durante este mes de cese unilateral, convocamos al Gobierno de Duque a reunirse con nuestra delegación de diálogo presente en La Habana para concertar un cese el fuego bilateral y temporal. Para estas gestiones es conveniente contar con la presencia de los países garantes», añade el comunicado.
Sin embargo, el Gobierno insiste en que para volver a negociar es condición inamovible que el ELN renuncie a sus actividades criminales, en especial al secuestro.
«El anuncio no es suficiente, ojalá se vean acciones concretas, más en esta época de dificultades por la pandemia», dijo ayer el alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, a la Radio Nacional.
La semana pasada, el ELN dejó en libertad a una mujer que había secuestrado en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, y a tres personas más en el Cauca (suroeste).
EFE
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