Pekín.- Las autoridades chinas consideran que la «presión extrema» de Washington es la raíz del recrudecimiento de las tensiones de ese país con Irán, después de que un ataque ordenado por el presidente estadounidense, Donald Trump, acabase con la vida de uno de los hombres clave del régimen iraní.
El portavoz de la cancillería china Geng Shuang realizó estos comentarios en rueda de prensa al ser preguntado por la decisión de Teherán de dejar de cumplir con las limitaciones impuestas a su programa atómico por el acuerdo nuclear de 2015.
«Aunque Irán se vea obligado a reducir su cumplimiento debido a factores externos, también ha mostrado templanza», indicó el vocero.
Geng lamentó que Estados Unidos se retirase unilateralmente de dicho acuerdo en mayo de 2018 y acusó a Washington de haber «ignorado las leyes internacionales y los compromisos, ejercido presión extrema sobre Irán y obstruido que otras partes cumplan con sus obligaciones».
En respuesta a las renovadas tensiones tras el asesinato del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Qasem Soleimaní, en un ataque estadounidense en Bagdad el pasado viernes, Pekín reclamó a los demás participantes del acuerdo (Rusia, Francia, el Reino Unido y Alemania) que «mantengan la calma y la razón».
Para el gigante asiático, la manera de mantener vivo el acuerdo pasa por buscar una solución «política y diplomática», acabando con las interferencias externas y evitando «cualquier medida que pueda complicar aún más la situación».
El acuerdo nuclear, JCPOA en sus siglas en inglés, limitaba el programa atómico de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, por lo que la salida de EEUU lo dejó seriamente debilitado.
Europa ha tratado de tomar medidas para salvar el pacto, pero ninguna ha sido efectiva y el canal especial de pagos prometido para sortear las sanciones todavía no se ha puesto en marcha.
Tras retirarse del pacto, EEUU volvió a imponer sanciones a Irán, y Teherán respondió abandonando gradualmente sus compromisos nucleares y dando varios ultimátum de dos meses al resto de firmantes del acuerdo para que contrarrestaran las sanciones estadounidenses.
El Gobierno iraní anunció este domingo que eliminaba el último de los compromisos que todavía respetaba, el límite en el número de centrifugadoras, que era de unas 6.100 para la producción de uranio.
No obstante, Teherán afirmó que seguirá cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), algo que para Geng es una muestra «clara» de la «voluntad política de implementar el acuerdo de forma completa y efectiva».
De hecho, Irán aseguró que retomará sus compromisos nucleares si se levantan las sanciones y el país se beneficia de sus intereses consagrados en el pacto.
EFE
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