EFE/EPA/YAHYA NEMAH

Ginebra.- Un segundo convoy de Naciones Unidas, compuesto por catorce camiones, ha llegado al noroeste de Siria con ayuda de emergencia para los damnificados en esa región, la más afectada del país por los terremotos registrados al inicio de esta semana.

Los camiones han cruzado la frontera turco-siria utilizando el único paso fronterizo que se encuentra abierto en esa zona por una carretera muy dañada por los movimientos sísmicos, confirmó en Ginebra el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Paul Dillon.

Se trata del segundo convoy que llega esta semana. Ambos cargamentos han llevado en total ayuda no alimentaria (tiendas de campaña, frazadas, ropa de abrigo y para la lluvia y sistemas de calefacción) para unas 16.000 personas.

Los convoyes han tenido como destino específico la ciudad de Idleb, confirmó el portavoz.

Por su parte, la directora del Programa Mundial de Alimentos para Oriente Medio, Corinne Fleischer, dijo que su organismo ha sido capaz de suministrar ayuda casi inmediata gracias a que tenía almacenadas reservas humanitarias en la zona devastada.

Por el momento ha distribuido alimentos calientes y raciones listas para consumir a 43.000 personas y alimentos similares suficientes para 100.000 personas están siendo llevados a otras áreas afectadas de Siria.

En total, el Programa Mundial de Alimentos -el brazo humanitario más importante de la ONU- tiene provisiones en el noroeste de Siria para 1,4 millones de personas, aunque las necesidades son superiores.

Además, unas 5.000 personas han recibido alimentos en Alepo, provincia controlada en su mayor parte por el régimen de Bachar Al Asad.

Fleisher dijo que ahora lo urgente es planear la reposición de las reservas que se están utilizando en esta emergencia.

Asimismo, dijo que es urgente abrir más pasos fronterizos, aparte del denominado «Bab al Hawa», ubicado en una carretera que ha quedado muy dañada por el terremoto y que ahora resulta difícil de transitar.

«Se necesitan abrir pasos desde diferentes lados y hay que aumentar las operaciones de cruce de líneas», dijo, refiriéndose al transporte de ayuda desde zonas de Siria controladas por el gobierno hacia áreas bajo control de fuerzas opositoras.

La ONU está pidiendo la reapertura del paso fronterizo de Bab Salam, que solía funcionar hasta hace un año atrás pero fue cerrado tras discusiones en el Consejo de Seguridad de la ONU, en las que no se pudo acordar volver a abrirlo por el veto de Rusia.

«Necesitamos un segundo cruce debido a las demoras que se están produciendo por el daño que han sufrido los caminos y que están afectando nuestra capacidad de brindar ayuda. Necesitamos poder movernos a través de las fronteras y que haya personal de aduanas en número suficiente», declaró Fleisher.

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