Más de siete millones de electores están llamados este domingo a las urnas en Senegal para elegir entre 19 candidatos al sucesor del presidente saliente, Macky Sally, quien agota los dos mandatos permitidos por la Constitución.
Está previsto que 6.341 colegios electorales abran a las 08:00 hora local (misma GMT) y cierren a las 18.00 horas.
Los comicios se celebran tras la grave crisis ocasionada por el aplazamiento de la votación -prevista inicialmente para el pasado 25 de febrero- decretado por Sall por dudas sobre la idoneidad de la lista de candidatos presidenciales.
La demora electoral, que provocó fuertes protestas en las calles, dispersadas con dureza por la Policía y en las murieron al menos cuatro personas, ha despertado dudas sobre la salud democrática del país considerado más estable de África occidental.
Batalla entre dos «delfines»
Las elecciones se presentan como una batalla entre dos “delfines” del poder oficialista y opositor.
Por un lado, destaca el ex primer ministro Amadou Ba, de 62 años, elegido por la coalición gobernante Benno Bokk Yaakaar (“Unidos por la Esperanza”, en lengua wolof) y que simboliza los intereses del presidente Sall.
Por otro, sobresale el aspirante «antisistema» Bassirou Diomaye Faye, inspector fiscal de 43 años que representa a la coalición de su mismo nombre, y que se postula en lugar del principal líder opositor, Ousmane Sonko, cuya candidatura fue rechazada por el Consejo Constitucional, máxima autoridad electoral.
Faye y Sonko se encontraban detenidos desde mediados del pasado año y fueron liberados, ya iniciada la campaña electoral, en el marco de una amnistía como gesto de Sall para apaciguar las protestas por el aplazamiento de los comicios.
“(Si soy) elegido presidente, pretendo establecer un gobierno de unidad basado en los valores de la República, la democracia y las libertades”, aseguró Ba durante el acto final de campaña este viernes en la capital senegalesa, Dakar.
Faye puso cierre en la ciudad de Mbour (oeste). “Es hora de que Senegal abrace una nueva era, la de un Senegal soberano, justo y próspero”, destacó el candidato opositor, antes del inicio de la jornada de reflexión este sábado.
El desarrollo económico de Senegal desde la llegada de Sall al poder en 2012, especialmente en los sectores de infraestructuras y energía, con una perspectiva de crecimiento del 10,6 % para este año y del 7,4 % para el próximo, según el Fondo Monetario Internacional, ha sido el principal argumento esgrimido por Ba.
El candidato oficialista defiende una agenda continuista, donde Senegal debe convertirse en la “locomotora de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao)”.
Sin embargo, la acuciante tasa de desempleo (entre el 19 % y el 22 %), sobre todo entre los jóvenes, ha sido utilizada por la oposición como arma arrojadiza para apelar al cambio.
Además, Faye exige una renovación institucional, con la supresión del cargo de primer ministro y la creación de una Vicepresidencia, así como la salida de Senegal del franco CFA, una polémica moneda creada en 1945 por Francia (exmetrópoli) en la región, y la renegociación de acuerdos de extracción de hidrocarburos.
Escaso protagonismo de la migración irregular
El problema de la migración irregular con destino final en países europeos como España ha tenido un escaso protagonismo en la campaña.
El programa de Ba apenas dedica dos páginas (de 84) a apelar al “fortalecimiento del sistema de lucha contra la migración irregular”, sin medidas específicas.
Pero el ideario de campaña de Faye no menciona ni una sola vez este asunto.
Como las políticas migratorias, el cambio climático también pasó de puntillas por la campaña.
“(De vencer), adoptaremos una estrategia ambiciosa para una agricultura inteligente frente al cambio climático, reforzando las redes de seguridad social”, aseguró a EFE Anta Babacar, de 40 años, única mujer entre los aspirantes.
Para ganar en la primera vuelta, un candidato debe obtener más del 50 % de los votos y, si nadie logra la mayoría absoluta, habrá una segunda ronda entre los dos líderes con mayor número de sufragios.
Al margen de Faye y Ba, entre los candidatos destacan Khalifa Sall, de 68 años y exalcalde de Dakar; y el ex primer ministro Idrissa Seck, de 62.
No participarán, por contra, dos de los principales líderes opositores: Sonko y Karim Wade, hijo del expresidente Abdoulaye Wade, cuyas candidaturas fueron rechazadas por el Consejo Constitucional.
La exclusión de estos políticos es vista por la oposición como un intento de allanar el camino para la coalición oficialista.
Las elecciones contarán con la supervisión de misiones de observación electoral internacionales, como la de Unión Europea, que desplegará un centenar de observadores, y la de la Cedeao.
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