La fuerte sequía que castiga la Amazonía brasileña, en donde las aguas de sus ríos están en niveles mínimos, así como las temperaturas récords de los últimos días provocaron la muerte de toneladas de peces en una laguna próxima a Manaos, la principal ciudad de la mayor selva tropical del mundo.
Miles de peces muertos aparecieron flotando este jueves en las lagunas de la Reserva Ambiental de Desarrollo Sostenible del Lago do Piranha, en Manacapuru, un municipio en la ribera del río Amazonas y a unos 84 kilómetros de distancia de Manaos.
Su muerte la provocó la fuerte bajada de los niveles de los ríos y por las temperaturas récord, que elevan la acidez de las aguas.
Los peces se pudren lentamente y han atraído a cientos de garzas y patos, que se alimentan con sus restos.
Sequía intensa
La actual sequía en la Amazonía, una de las más graves en los últimos años, la abordaron en una reunión el martes entre el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima.
Tras un encuentro en que garantizó el apoyo financiero y logístico del Gobierno nacional, Lima anunció la llamada Operación Sequía, que busca garantizar el abastecimiento de alimentos, combustibles y hasta agua en el estado de Amazonas, en donde 59 de sus 62 municipios se encuentran en estado de alerta por la reducción de los niveles de los ríos.
Según la Defensa Civil de Amazonas, unas 80.000 personas están afectadas por la sequía, que se prevé que será más intensa y prolongada este año por lo que el fenómeno de El Niño está impidiendo la formación de nubes en la región.
Pese a vivir en medio de una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, los habitantes Manacapuru dependen del agua potable enviada en cisternas por la Defensa Civil para saciar su sed.
Municipios aislados
La sequía también ha dejado a 24 municipios aislados porque la reducción del nivel de los ríos imposibilitó la llegada de embarcaciones, el único medio de transporte en áreas sin carreteras ni pistas de aterrizaje.
La mortandad de peces coincidió con los récords de temperaturas registrados este miércoles en la Amazonía.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), en Manaos los termómetros llegaron a marcar 38,7 grados centígrados, con lo que la ciudad vivió el día más caliente del año, mientras que en Manacapuru la temperatura llegó a 39,1 grados centígrados.
La mayor temperatura en la historia de Manaos, con 39,0 grados centígrados, la registraron en agosto de 2015, pero la previsión es que ese nivel sea superado este año.
La elevación de la temperatura hizo que la humedad relativa del aire en Manaos cayera al 39 %, muy por debajo del nivel ideal de entre 60 % y 80 % recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además de los efectos de El Niño, que redujo las lluvias en la Amazonía, la temperatura ha subido en la región por la crisis climática, por la deforestación del pulmón vegetal del mundo y por la multiplicación de los incendios forestales.
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