Tegucigalpa fue este miércoles el escenario donde América Latina alzó la voz. Entre llamados a la unidad, desafíos compartidos y propuestas concretas de integración, la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) dejó claro que la región no quiere seguir siendo un actor pasivo ante el nuevo orden global.
En un momento marcado por los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, la reunión celebrada en Honduras sirvió como plataforma para que líderes como Claudia Sheinbaum, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro delinearan un camino hacia una mayor autonomía económica y política.
La cita regional reunió a once mandatarios de los 33 países que conforman la Celac, incluidos los de México, Brasil, Colombia, Cuba, Bolivia, Uruguay, Haití, Honduras, Guatemala, Guyana y San Vicente y las Granadinas. La anfitriona, Xiomara Castro, abrió la jornada con una fuerte crítica al modelo neoliberal y al “nuevo orden económico mundial impuesto por EE.UU.”. América Latina, insistió, “no puede seguir caminando separada mientras el mundo se reorganiza sin nosotros”.
A la cumbre, celebrada en un contexto de creciente fragmentación y tensión comercial, los líderes llegaron con el reto urgente de plantear una estrategia común frente a los aranceles del 10 % decretados por Washington —con tasas incluso mayores para Venezuela, Nicaragua y Guyana— y la creciente deportación masiva de migrantes.
Sheinbaum convoca a una cumbre económica y Lula apuesta por monedas locales
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, propuso convocar una ‘Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe’ como respuesta a la guerra arancelaria y en defensa de una mayor integración económica regional. Subrayó que la región tiene todo para fortalecerse por sí misma: una población joven de 663 millones, un PIB de 6,6 billones de dólares y abundantes recursos naturales. “Una región unida es una región más fuerte”, sentenció.
La mandataria mexicana también pidió abordar la migración desde una perspectiva humanista, rechazó las sanciones contra Cuba y Venezuela, y respaldó una cumbre específica para abordar la situación en Haití.
Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, centró su intervención en la necesidad de ampliar el comercio en moneda local. Instó a reactivar el sistema de pagos de la Aladi -la Asociación Latinoamericana de Integración, un organismo de ámbito regional- y dejar atrás la dependencia del dólar.
“Cuanto más fuertes y unidas estén nuestras economías, más protegidos estaremos contra acciones unilaterales”, dijo, en clara alusión a la política comercial de EE.UU.
Lula lamentó que apenas el 14 % de las exportaciones de la región se realicen entre países de la Celac y llamó a diversificar y facilitar el comercio intrarregional. También defendió la integración de redes de transporte, energía y telecomunicaciones para reducir costos y fortalecer sinergias productivas.
En un encuentro bilateral, Sheinbaum y Lula acordaron además fortalecer la relación industrial entre México y Brasil mediante reuniones periódicas entre sus gobiernos y sectores productivos. El objetivo: articular una respuesta común a la crisis comercial global desde las dos mayores economías regionales.
Petro asume la Celac y Haití pide “solidaridad activa”
El gobernante colombiano, Gustavo Petro, quien asumió la presidencia pro tempore de la Celac, llamó a que la región se “junte, no actúe sola” y se conecte con el mundo. Propuso convertir al organismo en un “nosotros propio” que dialogue con la humanidad desde la paz y el conocimiento.
“América Latina y el Caribe es vida, no exporta la muerte, exporta la solución al calentamiento global”, afirmó.
Por parte de Haití, el representante del Consejo Presidencial de Transición, Leslie Voltaire, pidió a la Celac una “solidaridad activa” ante la grave crisis de seguridad que atraviesa su país, dominado en parte por bandas armadas.
Acusó a mafias internacionales de mantener la violencia y pidió apoyo concreto en seguridad, asistencia médica y tecnología. Propuso también una conferencia regional específica sobre la estabilización haitiana.
Voces contra los aranceles y apuesta por la unidad
Durante la jornada, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, alertó sobre “el debilitamiento del sistema internacional basado en reglas” y defendió el respeto al derecho internacional como principio rector.
Luis Arce, de Bolivia, rechazó la criminalización de la migración y las medidas unilaterales de EE.UU., y pidió avanzar en el uso de monedas locales, un fondo regional de estabilización y más comercio intrarregional.
Por su parte, Nicolás Maduro, en una intervención desde Caracas por videoconferencia, alertó ante los mandatarios reunidos en Tegucigalpa sobre el «fin de la globalización occidental» como consecuencia de la guerra comercial.
En representacion de Cuba, su presidente, Miguel Díaz-Canel, llamó a encarar de forma unida lo que calificó como una “conducta agresiva” por parte de Trump. Criticó las deportaciones masivas y el uso del chantaje económico como forma de presión contra la región.
Nicaragua, ausente a nivel presidencial, también rechazó los aranceles estadounidenses, que en su caso llegan al 18 %, y pidió convocar una sesión urgente de la Celac para analizar sus efectos.
La presidenta Xiomara Castro aprovechó además su discurso para expresar su solidaridad con República Dominicana por el accidente en la discoteca Jet Set, que dejó más de un centenar de víctimas. “Lamentamos profundamente esta tragedia”, dijo.
La cumbre concluyó con el anuncio de que la ciudad colombiana de Santa Marta acogerá los días 9 y 10 de noviembre la IV Cumbre Celac-UE, un encuentro clave en el que se buscará articular la voz latinoamericana frente a Europa en un contexto global cada vez más polarizado.
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