Ciudad Guayana.- Las delicadas manos y el corazón de Shoyna Harman están llenos de muchos colores y pintura. Cuando habla, las mueve imitando el movimiento que de seguro son los encargados de dar vida a cada uno de los trazos en sus lienzos que son las taparas.

Harman es diseñadora industrial, egresada de la Universidad de los Andes (ULA) en el año 1993, una carrera de la que se fue enamorando cada vez más, pues comenzó a conocer todo sobre los colores y además también tuvo la oportunidad de aprender un poco de diseño gráfico.

A pesar de que el mundo del arte, en especial la pintura que era lo que la motivaba, no pudo emprenderlo desde un principio al cien por ciento, trabajó durante 14 años en una de las empresas básica de Ciudad Guayana en el área de la construcción, algo distinto a esto que de verdad la incentivaba y le gustaba hacer.

El arte en taparas trabajado por la artista Shoyna Harman – Fotografía: Cortesía

El arte de pintar en “taparas”

«Desde muy temprana edad siempre estuve inmersa en el mundo del  arte de las manualidades. Aproximadamente para el año 2016, afronté una crisis emocional a nivel de negocios, de igual forma viví un suceso en mi vida que me hizo tocar fondo… anímicamente estaba muy decaída, por lo que decidí visitar a un terapeuta», señaló.

En una de esas visitas el especialista ésta le dijo: “La solución la tienes tú, busca lo que te conforta el alma, lo que te llena”. Shoyna le explicó que «eso que me gustaba y que me llenaba la verdad no me genera ningún beneficio, ninguna ganancia, no me ayudará a salir a flote, pero lo que realmente me llena es la pintura, en todos sus ámbitos, puede ser en una pared, un zapato, una tela, una madera, pero me encanta la pintura, y el terapeuta me dijo: «Entonces has lo que te dicte tu corazón».

En ese momento lo que tenía a la mano era una “tapara”, no había más nada para pintar sino esa tapara, «realmente fue un reto para mí, pero lo hice, en el transcurso de 4 días fui a una nueva consulta con el especialista y le llevé la pintura que había hecho, y su expresión fue única. Me dijo: «Esto es lo que de ahora en adelante tu deberías hacer, rompe paradigmas, olvídate de los comentarios negativos, la creatividad que tienes desglósala, estúdiala, desarróllala pero esto es».

Lechuzas sobre taparas trabajo de la artista Shoyna Harman – Fotografía: Cortesía

Para Harman fue muy fuerte romper este paradigma y sacar a la luz esa artista que llevaba adentro, «debido todos esos comentarios negativos de que el artista no es bien mirado, pero decidí seguir haciéndolo porque me gusta, me nace y me llena aunque no me dé un mayor beneficio económico. Esto realmente se convirtió en la mejor terapia para el alma».

En tal sentido, aseguró que la pintura es una excelente opción terapéutica, pues a su juicio, «mientras plasmas la pintura en el lienzo que desees hacerlo debes meditar, trabajar la respiración para lograr una línea muy delgada, esos trazos perfectos, ayuda a la relajación, a desarrollar nuevas ideas, técnicas y formas».

«Al plasmar toda esta creatividad en esto de las taparas, me sentí como pez en el agua, porque es lo que siempre me ha gustado e identificado. Opté por crear mis redes sociales aunque no tengo mucha experiencia en ello, inicié con pocos seguidores, pero no me importaba, en esa rama conté con el apoyo de mis dos hijos, fui saliendo de todo ese cuadro emocional gracias a la pintura».

¿Cuánto tiempo ha estado en el mundo del arte?

Aunque desde muy joven he estado inmersa en este mundo del arte, es hace 5 años que cuando le doy ese vuelco a mi vida y empecé a emprender de lleno en la pintura, dejando atrás todos esos tabúes, comentarios negativos y dedicándome a lo del arte de la tapara.

También entra en juego esa parte espiritual en esto que hago, fui muy devota de la virgen a quien le pedía que me ayudara a salir de ese trance, de esa depresión que me oprimía, y empecé a hacer vírgenes y esto me alimentaba el alma, me identifique y comencé a pintar muchas vírgenes en las taparas.

¿Por qué taparas?

La tapara es un fruto maravilloso porque te permite plasmar este arte de verdad, es que como una madera. El fruto una vez que se seca, te permite lijarlo, trabajarlo como quieras, es muy liviano y la forma redonda o de gota que tiene por naturaleza es muy bonita. Al principio fue un ensayo y error en el que me identifiqué mucho con las vírgenes ya que en ese momento me transmitían mucha paz, pero el arte se fue variando debido a que no todo el mundo se identifica con imágenes religiosas, y comencé a trabajar tomando en cuenta el gusto del cliente. 

Arte en cuarentena

Debido a la cuarentena por la situación de la COVID-19, se me complicó todo y no pude salir a buscar taparas por lo que, he estado trabajando en lo del arte pero esta vez utilizando la madera como lienzo, y ya he pintado unos cuantos retablos, pero las taparas siempre seguirán en pie.

En cuanto al tiempo de trabajo, una vez que la tapara está seca, me lleva aproximadamente de 3 a 4 días culminar una sola pieza para la entrega, con el respectivo procedimiento de pintura y sellado, añadiendo también los accesorios -de ser necesarios- que normalmente los trabajo con masa flexible.

Imagenes religiosas en tabloides, trabajado por la artista Shoyna Harman – Fotografía: Cortesía

En cambio, trabajar sobre la madera es un proceso un poco más corto, ya que haciendo todo el procedimiento de pintura y sellado unos 2 días aproximadamente, en este caso todo dependería del clima.

¿Qué consejo les daría a esos artistas, que en esta cuarentena quieren iniciar algún tipo de emprendimiento pero que en ocasiones se limitan llevarlo a cabo?

Mi mayor consejo es que venzan el miedo. Creo que todos los seres humanos tenemos capacidades, pero en la mayoría de las ocasiones nos cerramos a no escuchar, a no sentir lo que realmente queremos hacer o lograr, para así poder romper todos esos tabúes y esos miedos de que “no puedo”. Actualmente contamos con miles de herramientas en Internet, donde muestran tutoriales hasta de cómo utilizar y manejar un pincel, el uso de las pinturas, sus tipos, y así empezar e ir aprendiendo poco a poco.

Una anécdota inspiradora 

Hay una señora de aproximadamente 65 años que en una oportunidad me compró una virgen, ella está en Estado Unidos. En ocasiones me decía: “Hija yo veo tus trabajos y me dan ganas de pintar”; y yo le pregunté: ¿Qué la limita?  Y me dice: “Es que no se pintar” yo le digo: Ok, y ella me recalca, que, quizás por la edad ella no tiene el trazo que yo tengo.

Para incitarla a que iniciara en esta hermosa practica, comencé a explicarle que existen muchas técnicas de pintura, le manifesté que se atreviera, y que utilizara la técnica del puntillismo que es la más fácil. La edad no es una limitante, la limitante no las ponemos nosotros cuando por temor no hacemos lo que queremos hacer.

El primer trabajo de esta nueva emprendedora fue una virgen que de verdad cautivó mis sentimientos, un trabajo realmente hermoso con el que llegue a llorar de la emoción. Actualmente se encuentra trabajando esto de la pintura en el que ha plasmado distintos lienzos y sobre todo ha generado muy buenos ingresos.

Al dar el primer paso y vencer todas las barreras limitantes, logramos cada uno de nuestros objetivos y podemos hacer lo que queramos.

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