El Gobierno marroquí sigue con los trabajos para reabrir las vías montañosas dañadas por el terremoto, que registraron desprendimientos, presentan grietas y sufren un intenso tráfico que las bloquea de manera intermitente.
El Ministerio de Equipamiento y Agua marroquí indica en el último boletín provisional fechado en la medianoche del pasado martes, al que tuvo acceso EFE, que sus efectivos han desbloqueado y reabierto todas las carreteras asfaltadas y clasificadas de las zonas afectadas por el seísmo de entre 6,8 y 7 grados que causó la muerte a casi 3.000 personas.
En el documento se indica que continúan los trabajos para reabrir las otras rutas rurales no clasificadas, unos trabajos que prosiguen este jueves, confirmaron a EFE fuentes oficiales, que añadieron que van abriendo las vías a medida que les llegan solicitudes de los pueblos afectados.
En cuanto a las carreteras asfaltadas y clasificadas, el Ministerio informó este jueves de que todas están ya abiertas, que según el boletín son 14 provinciales, 5 regionales y una nacional.
Según constató EFE, tras el terremoto muchas carreteras de montaña de las regiones del Alto Atlas afectadas se bloquearon con montañas de piedras o con piedras de varias toneladas. En algunos casos incluso se desprendió parte de la carretera.
Desde entonces, los servicios de emergencias han trabajado para desbloquearlas o crear caminos alternativos, pero en muchos tramos estas vías, ya de por sí estrechas, que discurren en laderas de montañas pedregosas, se quedan en un angosto carril.
El tráfico en las carreteras principales que atraviesan las montañas, que son de tierra, ha sido muy intenso desde entonces, una afluencia fuera de lo normal en estas vías.
Los embotellamientos se producen por el paso de los vehículos de los servicios de emergencia y rescate y de los periodistas, habituales en estos casos, pero también de lugareños y de muchos vehículos grandes y pequeños de ciudadanos marroquíes venidos de diferentes partes del país para distribuir ayuda.
Ello ha creado bloqueos constantes en las vías, con esperas en ocasiones de horas para pasar algunos tramos, que presentan además grietas y están en peligro de posibles nuevos desprendimientos con las réplicas que se registran todos los días.
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