Sin ceder en su virulenta ofensiva en la Franja de Gaza, donde los muertos superan los 44.200, Israel ha accedido a un alto el fuego con Hizbulá en Líbano y a la retirada paulatina de sus tropas en un plazo de 60 días para centrarse en la «amenaza iraní», aunque insiste en que retiene la «libertad de acción» para atacar si el grupo chií viola los términos.
«La duración del alto el fuego dependerá de lo que ocurra en Líbano y nosotros mantendremos total libertad de movimiento», advirtió el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anoche al anunciar que Israel aceptaba la propuesta de acuerdo de alto el fuego diseñada por EEUU y que entró en vigor hoy a las 4.00 hora local (2GMT).
Netanyahu aseguró que contaba con el aval de Washington, plasmado en una carta, para actuar: «Si Hizbulá viola el acuerdo o trata de rearmarse, le atacaremos»; mientras que el presidente estadounidense Joe Biden, quien anunció los detalles del pacto, matizó que fue diseñado como «un cese permanente de las hostilidades».
«Lo que queda de Hizbulá y otras organizaciones terroristas no podrán volver a amenazar la seguridad de Israel», aseveró el mandatario, quien expresó su compromiso con extender la tregua a la Franja de Gaza.
La clase política israelí, el estamento militar y expertos en seguridad coinciden en que la baza de la «libertad de acción» es un elemento clave para que el acuerdo sea aceptable para Israel, aunque no aparece explícitamente en ninguno de los 13 puntos del pacto, que sí reconocen el «derecho inherente a la autodefensa» tanto de Líbano como de Israel.
«El acuerdo lo haremos cumplir por la fuerza» advirtió hoy un oficial de seguridad israelí en activo.
«La situación es aún muy precaria. Hizbulá, aunque debilitado, desempeña un papel importante. Si logra reconstruir su infraestructura militar en el sur del Líbano, podría dar lugar a otro conflicto futuro más intenso», apuntó el analista de seguridad Avi Melamed, exoficial de inteligencia israelí.
Melamed consideró que la clave para que el acuerdo se sostenga a largo plazo y contenga a Hizbulá es que el Estado libanés y su Ejército -que debe desplegar a unos 10.000 soldados en la frontera y evitar el retorno de Hizbulá al sur del río Litani- recuperen su soberanía, para lo que precisa estabilidad política.
«La intervención occidental, incluida una respuesta enérgica de la próxima administración de EEUU, permitirá que Líbano recupere un mayor control sobre su soberanía. Los próximos pasos serán cruciales para determinar si Hizbulá puede seguir imponiendo su voluntad en Líbano o si se producirá un cambio en el equilibrio de poder», agregó.
Amenaza iraní
El exasesor de Seguridad Nacional y exjefe de la inteligencia militar de Israel, Yaakov Amidror, consideró que el alto el fuego en Líbano -con un Hizbulá descabezado y debilitado militarmente, incluidas sus líneas de suministro de armas a través de Siria- permite ahora a Israel centrarse en responder ante su «verdadera amenaza», que identificó como Irán.
Amidror señaló que uno de los éxitos del acuerdo ha sido que Hizbulá se desconecte de la situación en Gaza y haya accedido a un alto el fuego sin que paren los combates en la Franja, después de iniciar ellos el lanzamiento de fuego hacia Israel «en solidaridad» a las milicias palestinas de Gaza.
«La clave del acuerdo es la forma de implementarlo y para ello es fundamental la libertad de acción de Israel. ¿Cómo responderá Israel ante las violaciones del acuerdo por parte de Hizbulá? Debemos poder reaccionar sin ninguna proporción», aseveró Amidror, asumiendo que los chiíes, alentados por Irán, intentarán rearmarse y reagruparse en el sur, antes o después.
Para este exmilitar, la carta de compromiso de Washington sobre la «libertad de acción» tiene mucho más valor que cualquier cláusula del acuerdo firmado ayer, pero insistió en que, además de neutralizar a Hizbulá, Israel debe centrarse en terminar de disuadir a Irán, que «ya quedó muy debilitado tras el ataque israelí de finales de octubre, pero aún con capacidad de respuesta».
Aunque Netanyahu no se refirió ayer a la posibilidad de frenar los combates en la Franja, Biden sí destacó su intención de que el cese de las hostilidades en el frente norte, se amplíe pronto al sur, aunque el diálogo para una tregua no ha dado frutos en más de un año, y lleva congelado desde agosto.
«En los próximos días, EEUU hará otro esfuerzo con Turquía, Egipto, Catar, Israel y otros para lograr un alto el fuego en Gaza con la liberación de los rehenes y el fin de la guerra sin Hamás en el poder», adelantó el mandatario, que vinculó ese acuerdo a una posible normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí, principal aspiración de Netanyahu en política internacional.
Hamás reiteró hoy su compromiso de lograr también un acuerdo que detenga el fuego en la Franja de Gaza, siempre que implique «un cese total de las hostilidades, la retirada de las fuerzas de ocupación, el regreso de los desplazados y la conclusión de un acuerdo real y completo sobre el intercambio de prisioneros».
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