Ciudad Guayana.-“Se molestó el mundo en el que habitamos; la forma como elegimos vivir en la casa común exigió a los humanos un alto en el camino”, coinciden los investigadores en el mundo.
¿Volver a la normalidad? ¿Cómo? Si fue la normalidad la que marcó el presente y la única variable segura es el cambio. Este nuevo escenario ha movido a expertos en la materia a repensar la producción de conocimiento y desarrollo científico-tecnológico, a partir de la lección que está dejando la pandemia del nuevo coronavirus.
En el contexto actual marcado por la reducción de presupuesto en las universidades, distanciamiento social, restricción para realizar trabajo de campo, reducción de personal y limitaciones tecnológicas y de conectividad, la reconstrucción de lazos de cooperación se ha convertido en una necesidad apremiante.
Aun así, investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Venezuela, Universidad Católica de Cuenca de Ecuador y la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México, insisten en desempeñar su rol con los recursos disponibles, a fin de cambiar realidades y contribuir con la sustentabilidad y sostenibilidad de la vida en el planeta.
La discusión se generó en el I Seminario de Investigación organizada por la UCAB Guayana, a través del Centro de Investigaciones para la Educación, la Productividad y la Vida (Ciepv), en el cual se reunió (vía Zoom) un nutrido grupo de estudiosos de Venezuela, México y Ecuador.
El panel estuvo conformado por Arturo Peraza, vicerrector de la universidad anfitriona; y José Luis Da Silva, director del Secretariado de Investigación y Transferencia de la UCAB, por Venezuela; Marisol Silva, de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México y Rebeca Castellanos, por la Universidad Católica de Cuenca de Ecuador; bajo la moderación del profesor investigador Gilberto Resplandor.
Del paradigma del aislamiento a la sinergia
Para el padre Arturo Peraza s.j., abogado y doctor en Ciencias Políticas, la COVID-19 “nos ha obligado a cambiar paradigmas, abrir horizontes y romper los márgenes de espacio y tiempo”. Hoy las universidades más pequeñas tienen oportunidad de intercambio con las universidades más grandes y poderosas, mediante el acceso a la información, rompiendo la brecha centro-periferia marcada por en el ámbito físico.
“Hoy tenemos la oportunidad de desarrollar trabajos en equipo, de procesos y realidades comunes en diferentes países, con impacto colectivo. A través de la sinergia, el intercambio y la cooperación, podemos transformar realidades, que en resumen es el objetivo de toda investigación”, expresó el vicerrector de la UCAB Guayana.
En términos religiosos, el sacerdote jesuita afirmó que “lo que hoy vemos como una cruz, mañana puede ser la resurrección”. Un mensaje esperanzador que marca el mayor desafío en el mundo de la investigación actual: crear espacios de encuentros que superen la conectividad.
La sostenibilidad como eje transversal en toda investigación
“Hay un tipo de desarrollo científico y tecnológico que nos trajo hasta aquí”, sentenció la investigadora Marisol Silva, de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México. Actualmente, todo está siendo cuestionado: la salud, la alimentación, los sistemas de producción, el ambiente, la educación y el quehacer de la humanidad.
Entonces, ¿cómo evitar que el desarrollo científico y tecnológico se detenga? Silva, como investigadora, propone varios principios orientadores como: hacer de la sostenibilidad un eje transversal en todas las investigaciones desarrolladas en las universidades. “La sostenibilidad no es una moda es una necesidad”.
Asimismo, recomendó poner de relieve el estudio de problemas complejos desde una perspectiva interdisciplinaria o transdisciplinaria; fomentar el trabajo colaborativo y el diálogo de saberes en espacios plurales para la transformación social; además de evaluar críticamente el modelo de desarrollo adoptado en la región, que ha profundizado la pobreza y la desigualdad.
Ver las oportunidades en la contingencia
El cambio de época ocasionado por el nuevo coronavirus presenta problemas u oportunidades según el tipo de investigador. Para Rebeca Castellanos, de la Universidad Católica de Cuenca de Ecuador, una de las bondades es el acceso abierto y gratuito -aunque temporalmente- a fuentes de información como bibliotecas, revistas, portales, libros, entre otros; el uso de software libre y la experiencia de intercambio con observatorios, para recabar datos, lo cual antes no era tan sencillo.
“Tenemos en frente la importancia/necesidad de fortalecer el trabajo de la investigación tejiendo redes a nivel mundial, desde la mirada de la colaboración interinstitucional y no desde la competencia; aprovechar la infraestructura científica y el financiamiento internacional”, resaltó la experta.
Castellanos destacó el requerimiento imperioso de hacer ciencia para todos, considerando la innovación como motor del desarrollo y la tecnología al servicio de la educación, la salud, los negocios, las artes, las energías limpias, la sostenibilidad ambiental, entre otros.
La ética en las investigaciones en tiempos de pandemia
El filósofo y doctor en Historia, José Luis Da Silva, indicó que “tenemos el deber de hacer investigación durante el brote de la pandemia, con el objetivo de mejorar la prevención y la atención sanitaria de las personas”. Es esencial para comprender la enfermedad y sus mecanismos de contagio y expansión, a fin de formular intervenciones y prácticas eficientes necesarias para su contención.
En términos de libertad versus seguridad, ¿cuál es el precio que vamos a pagar por el control de la pandemia?, Da Silva citó a Byung-Chul Han, filósofo y ensayista surcoreano, experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín: “Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo y estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital”.
Según Naomi Klein, periodista, escritora y activista canadiense -continúa citando Da Silva- “el shock es un momento favorable para la instalación de un nuevo sistema de reglas”. Entonces, el choque pandémico hará que la biopolítica digital se consolide a nivel mundial. Su control y sistema de vigilancia dará lugar a una sociedad disciplinaria, en la cual se monitorizará constantemente el estado de salud de los individuos.
Da Silva aseveró que Occidente se verá obligado a abandonar sus principios de libertades. “Está la amenaza de una sociedad en cuarentena biopolítica en Occidente, en la que quedaría limitada permanentemente nuestra libertad”.
Para la UCAB Guayana, estos seminarios de discusión ponen en la palestra diferentes ángulos de la investigación, que tocan de frente una realidad que ha dejado en jaque a la sociedad y abre un abanico de oportunidades para dar respuestas ante un nuevo y desconocido escenario, a través de la generación de conocimientos para la transformación social.
El Ciepv extiende una nueva invitación para el II Seminario Virtual de Investigación, que se realizará vía Zoom, el próximo jueves 04 de junio, a las 9:00 a.m. (hora Venezuela) y 8:00 a.m. (hora Colombia, México y Quito).
Coordinación de Comunicaciones – UCAB Guayana
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