Siento un gran respeto por mis hermanos trabajadores de las empresas básicas con quienes compartí, muchos años de lucha y me siento orgulloso de las conquistas que dejamos plasmadas en las contrataciones colectivas éramos el orgullo del país éramos la vanguardia del movimiento, obrero. la construcción de un nuevo estilo de hacer sindicalismo, éramos referencia Nacional.
Hoy siento una gran tristeza, porque la dirigencia sindical que debería ser la guía en la lucha por lo conquistado hasta ahora, por la dirigencias pasadas, no ha estado a la altura de la circunstancia y del momento.
Al ver hoy, a nuestros hermanos trabajadores, deambular en las avenidas en la autopista para ir a las empresas básicas, ya no a trabajar, ya no a producir sino, solo a tratar de que los metan en la lista, de los que dejan entrar a las plantas, de las cuales conforman parte de su nómina, para ver si le dan una bolsa de comida y a ficharse, para que le paguen un mísero salario. Aquí no me queda más que tristeza, porque eso no fue lo que soñamos y por lo cual luchamos los que por allí pasamos.
Así mismo ante el acorralamiento en que se encuentra nuestra clase trabajadora, muchos han tenido qué migrar, hacia otros países, aceptar humillaciones, en la búsqueda del pan para sostener sus familias. y nos quedamos ante una realidad más terrible nuestra clase trabajadora subempleada, afuera y adentro de nuestro país .esos mismo hermanos.
Solo pocas personas han percibido esa nueva realidad, muchos los ven con cierto desdén cuando algunos hablan de los bachaqueros sin analizar en profundidad que estos también son víctimas de un sistema de Gobierno corrompido, que destruye todo a su paso.
Ese Nuevo trabajador informal, quienes no son más que padres y madres de familia, se paran a las 3 o 4 de la mañana para ir a un mercado mayorista, a comprar mercancía para después ir a ubicarse en cualquier punto de la ciudad para tratar de vender sus productos para llevar sustento a su familia, arriesgando su vida desde el momento en el cual se paran, producto de la inseguridad. Teniendo que realizar esos trabajos en condiciones infrahumanas, donde muchos de ellos, tienen que llevarse a sus hijos pequeños y ponerlos a dormir, sobre un pedazo de cartón, en una calzada, mientras ellos hacen las compras, un saco de yuca, cebolla, o Guacal de tomate, un paca de arroz , espaguetis, harina, azúcar etc. Tratando de vender algo y así pasan los 7días de la semana, trasladándose desde ese Mercado Mayorista, a otros sitios de la ciudad, para encontrarse, con la inclemencia de la naturaleza, dependiendo, el clima, si llueve no tiene donde guarecerse, si hace sol tampoco tiene cómo protegerse de su inclemencia, sin tener, donde hacer sus necesidades, porque no hay baños cercanos cuándo va a comer tienes que comer con el plato en la mano. Pero lo peor qué le pasa, es que está sometido a los vaivenes de la economía lo que cuesta hoy cien bolívares mañana, pasa a costarle trescientos. ya no tiene para reponer el saco de yuca, sino solo para la mitad
En esta precaria economía que se ha apoderado del país, que es un espiral voragil que se lleva todo al fondo falta la peor parte de esta triste historia, son sometidos a la matraca, extorsión, chantaje por parte de los organismos de seguridad del estado quienes van a sus puestos a martillar desdé un arroz, un espaguetis, yuca bajo la amenaza de que le van a decomisar su mercancía. y es aquí donde nacen las autodefensas de los mercados, para proteger al que tiene el puesto, como el que asiste al mercado, incluidos sus vehículos. Pero la verdad desnuda las ciudadanos de este país es que estos funcionarios policiales, no escapan a esta triste realidad, porque también son trabajadores con salarios miserables, tiene que salir a rebuscarse, tanto para llevar comida a su casa, como también para el destacamento, he visto a oficiales de las fuerzas armadas pidiendo comida para llevar a los cuarteles. porque supuestamente cada jefe de tropa debe garantizar la comida de los que están bajo sus órdenes.
Ah, pero existe otra economía con la cual nos encontramos y que la vemos que actúa libremente que es una economía dolarizada, la cual se acepta abiertamente el pago en dólares, Pero sin embargo, cuando ese dólar baja, los precios no bajan, sino más bien siguen subiendo.
Y ahora viene el más perverso lado de la economía, el sector que se enriquece, que especula y que actúa bajo la protección del gobierno, representado por el generalato en el cual se le entregó la economía del país, a cambio de someter todo un país. Este perverso generalato, que se encarga de importar, distribuir y vender los comestibles, haciendo nacer las despreciables figuras del general pollos, General arroz, General espagueti, General harina, General aceite, General azúcar, el general Detergente,
Ahora quienes estamos comprometidos con la lucha de los trabajadores hoy por hoy, estamos en la obligación de expresar por ellos, por los sin voz, estos sectores que no tienen ningún tipo de seguridades social que no tiene ninguna protección, que no tienen fijada jornadas de trabajo. Ellos también necesitan de nuestro respaldo y nuestro afecto, porque en el fondo son ellos, los que cierta medida hacen posible que la gente pueda tener una red de distribución de alimentos, ante un Gobierno que se encargó, de acabar con los grandes supermercados e hipermercados que existían que abarataban el costo de la vida.
Muchos se preguntarán y por qué y para que? la Respuesta es que para este régimen, era vital controlar a los venezolanos , a través de las bolsas del CLAP, y para hacer a la FANB, cómplice de este dominio decidieron entregarles a los militares el control del negocio de la comida, la cual la hacen con chinos y turcos. generándoles el control del mercado de las divisas.
En definitiva, todos ocupados en ver cómo se sobrevive esta crisis generada por la falta de empleos que garantice el sustento de la familia y así no hay tiempo para defenderse del peor y más perverso de todos los males el comunismo que implanta un Gobierno totalitario que no piensa irse, más bien se apoderaron de todo parado no irse.
Víctor Moreno, Presidente de la CTV Bolívar.
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