La nave espacial Starliner de Boeing completó con éxito su misión de regreso a la Tierra, aterrizando de manera segura en el Puerto Espacial White Sands de Nuevo México el 7 de septiembre. Sin embargo, a pesar de los logros técnicos alcanzados, la cápsula regresó sin los astronautas a bordo, debido a la detección de varias anomalías durante su estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Lanzada en junio de 2024 con los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a bordo, la misión de Starliner tenía como objetivo demostrar la capacidad de la nave para transportar de manera segura a astronautas hacia y desde la EEI.
No obstante, poco después de acoplarse a la estación, se detectaron fugas de helio y problemas con los propulsores de control de reacción, lo que generó preocupación entre los ingenieros de la NASA y Boeing.
Tras un análisis exhaustivo de la situación, la agencia espacial estadounidense decidió priorizar la seguridad de los astronautas y optó por traer de vuelta a Starliner sin tripulación.
Wilmore y Williams continuarán su misión a bordo de la EEI como parte de la Expedición 71/72, y regresarán a la Tierra en febrero de 2025 a bordo de la nave SpaceX Crew-9.
Este tercer vuelo orbital de Starliner representa un paso significativo en el desarrollo de sistemas de transporte tripulado hacia la EEI. A pesar de las dificultades encontradas, la cápsula demostró su capacidad para regresar a la Tierra de manera segura y autónoma. Sin embargo, las anomalías detectadas subrayan la importancia de realizar pruebas exhaustivas antes de iniciar operaciones de transporte regular de astronautas.
La NASA llevará a cabo una revisión detallada de todos los datos recopilados durante la misión para identificar las causas de las fugas de helio y los problemas con los propulsores. Los resultados de esta investigación serán fundamentales para mejorar el diseño y la seguridad de futuras misiones de Starliner.
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