El líder laborista y favorito en las encuestas para ganar las elecciones en el Reino Unido, Keir Starmer, prometió este martes "una década de renovación nacional" en la que su partido transformará a un país sumido en el "caos" tras 13 años de gobiernos conservadores. EFE/EPA/Adam Vaughan

El líder laborista y favorito en las encuestas para ganar las elecciones en el Reino Unido, Keir Starmer, prometió este martes «una década de renovación nacional» en la que su partido transformará a un país sumido en el «caos» tras 13 años de gobiernos conservadores.

Más que entrar en detalles, Starmer quiso darle a su intervención ante el congreso anual de su partido en Liverpool (norte de Inglaterra) un carácter inspirador, aunque la realidad es que no pudo empezar peor: un activista irrumpió en escena para arrojarle brillantina encima mientras gritaba consignas.

Pese a que el intruso fue rápidamente reducido, Starmer tuvo que recomponer el gesto y despojarse de su chaqueta cubierta de la purpurina negra.

Pasado el susto, atacó de inmediato el balance de los recientes gobiernos conservadores para contraponerlo a los logros que el Nuevo Laborismo de Tony Blair alcanzó en el poder.

«¿No es un contraste oscuro? Trece años (de Ejecutivos laboristas) en los que las cosas no dejaron de mejorar frente a trece años en las que las cosas solo han empeorado», proclamó.

Se presentó como el hombre que terminará con el «declive infinito de los ‘tories'» para lanzar en su lugar «una década de renovación» con el objetivo de gobernar «para el largo plazo».

Las encuestas otorgan una gran diferencia, entre los 15 y los 20 puntos, a los laboristas sobre los conservadores, aunque Starmer pidió no confiarse «y luchar por cada voto».

Marcó las diferencias con el antiguo líder Jeremy Corbyn para asegurar que «este nuevo camino solo puede venir de un partido cambiado».

No tardó mucho en abordar la guerra entre Israel y las milicias palestinas tras recordar que, con él al frente, los laboristas han «extirpado el antisemitismo del partido desde la raíz», lo que fue respondido con una de las mayores ovaciones.

«Estoy consternado y horrorizado por lo ocurrido en Israel, el asesinato de inocentes, incluidos británicos, por los terroristas de Hamás», dijo antes de recordar «el derecho de los israelíes a defender a su gente».

Enmarcó el conflicto y la guerra en Ucrania dentro de «un mundo que se está volviendo cada vez más volátil»: «Nuestros valores están siendo atacados, vivimos en una era de inseguridad».

El líder de la oposición calificó a los laboristas como los «sanadores» de un país herido y como los «constructores» que pueden devolver la calma al Reino Unido.

«Devolvamos a los británicos su futuro», proclamó una y otra vez, recogiendo el eslogan de la conferencia que termina este miércoles en Liverpool.

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