Houston, Estados Unidos. La organización de los Astros de Houston ya tiene lista una estrategia conjunta de cara a superar el escándalo del robo de las señales en el que el equipo se vio involucrado durante la temporada del 2017 y que le ha costado suspensiones y una fuerte multa por parte de las Grandes Ligas.

Aunque, en principio, solo los lanzadores y receptores tienen la obligación de presentarse el miércoles al campamento de los Astros, los jugadores de posición también estarán presentes en la reunión, de acuerdo a varias fuentes periodísticas locales.

El equipo planea abrir el jueves sus instalaciones de entrenamiento de primavera a los periodistas y que puedan entrevistar a los peloteros.

Se desconoce que nivel de arrepentimiento y táctica presentaran los Astros de cara a abordar el escándalo.

El pasado 22 de enero, en los Premios Deportivos de Houston, Crane dijo que el equipo «se disculpará por lo sucedido, pedirá perdón y avanzará» durante los entrenamientos de primavera.

Crane despidió al gerente general Jeff Luhnow y al piloto del equipo AJ Hinch el pasado 13 de enero después que el informe del comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, implicó al equipo como responsable de robar señales a través de una cámara de vídeo, instalada de forma ilegal en el jardín central del campo, y luego golpear un cubo de basura indicando a los bateadores el tipo de lanzamiento que iban a recibir.

Los Astros ganaron la Serie Mundial esa temporada, el primer título de su historia, y han sufrido profundas críticas de otros jugadores por sus acciones.

Sin embargo, el pasado enero, durante el FanFest del equipo, el segunda base venezolano José Altuve y el tercera Alex Bregman no ofrecieron disculpas cuando se les preguntó sobre lo sucedido.

Si lo han hecho ya los expeloteros de los Astros, los lanzadores Dallas Keuchel y Charlie Morton, junto con el ‘utility» venezolano Marwin González, todos ellos militando ya en otros equipos.

Cuando se le preguntó sobre su victoria en la Serie Mundial, Joe Musgrove, un lanzador de los Astros de 2017, que ahora está con los Piratas de Pittsburgh, admitió a los periodistas que podría quedar «señalado».

El escándalo de robo de señales por parte de los Astros ha acaparado la actualidad dentro de las Grandes Ligas y de todo el deporte profesional en Estados Unidos desde que el medio digital «The Athletic», el pasado noviembre, dio a conocer la denuncia del exlanzador del equipo de Houston, Mike Fiers, que descubrió todo el sistema ilegal que estaba montado.

Mientras que las Grandes Ligas también investigan a los Medias Rojas de Boston, quienes fueron acusados en otro informe de «The Athletic» de usar tecnología para robar señales durante su temporada 2018 cuando ganaron el título de la Serie Mundial.

Boston despidió al piloto puertorriqueño Alex Cora después de que el informe de Manfred lo implicara también en la implementación del esquema de golpear el cubo de basura cuando era entrenador del banquillo de los Astros.

Por su parte, los Mets de Nueva York despidieron al también boricua Carlos Beltrán, que era un jugador de los Astros en ese momento y fue acusado de ayudar a diseñar el sistema.

Los Mets habían fichado a Beltrán como manejador sin que al final pudiese debutar en las Grandes Ligas.

Si bien ningún otro profesional ha perdido su trabajo, un informe del Wall Street Journal la semana pasada acusó a varios funcionarios de la oficina central de los Astros de desarrollar un sistema separado, apodado «Codebreaker», que utilizaba un algoritmo para decodificar las secuencias de signos de los equipos rivales.

Sin embargo, las Grandes Ligas, hasta ahora, no ha sancionado a ningún jugador, ya que se les ofreció inmunidad por cooperar sinceramente con la investigación de la oficina del comisionado.

EFE

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