Con motivo de conmemorarse este 09 de julio 2020, Día del Trabajador Siderúrgico, y los 58 años de la Primera Colada de Acero, se hace obligatorio hablar de Sidor, que no es solamente una fábrica de producción de acero, también es parte del desarrollo de un país y construcción de Ciudad Guayana, cuya fábrica logró tener liderazgos importantes en nuestra nación.

Para mí, es obligatorio mencionar a líderes como Andrés Marcano, secretario general de Atiss, Sindicato de los sidoristas, en aquellos tiempos.  Fue un dirigente combativo, aguerrido y luchador, uno de los sindicalistas más emblemáticos, que condujo el Movimiento Siderúrgico en el año 1971.

Aún recuerdo, cuando de niño, desde nuestras casas en la urbanización Manoa, parroquia Simón Bolívar de San Félix, Estado Bolívar, aquel momento que presenciaba las grandes asambleas que se hacían, para tomar decisiones, en lo referente a la contratación  colectiva de SIDOR. Escuchar la  voz fuerte de  Andrés Marcano, que retumbaba, en nuestras casas, expresándole a la masa trabajadora y a la empresa, “que las conquistas de los trabajadores, no se entregarían fácilmente, y que si las cosas eran a la brava, entonces, tendríamos que ver de cual cuero iba a salir más correas”. Las palabras de este líder me impresionaron y marcaron mi camino, sobre todo de querer trabajar en esa fábrica y ser un trabajador siderúrgico que luego me tocó dirigir 20 años mas tarde.

A Marcano, le tocó conducir el Movimiento Siderúrgico Venezolano, con su discurso fuerte y claro, con gran liderazgo en la lucha. Trató de  conseguir mejoras con una contratación colectiva para la masa trabajadora. Además,  decretó la huelga laboral, a pesar que no alcanzó sus objetivos en ese momento, el Movimiento marcó la historia de los siderúrgicos.

Realmente me impactó negativamente, el hecho de que siendo el doctor, Rafael Caldera, uno de los mayores propulsores de  la Ley del Trabajo, y de los beneficios para la masa trabajadora, haya tomado la decisión de declarar la huelga ilegal y con ello el  cese de la misma, después procedió a despedir a 514 padres de familia y Decretó la renovación de faena.

Ese conflicto fue una de las grandes lecciones que se tiene de un movimiento que no cedió a la hora de luchar por mejores condiciones de trabajo y de vida, luchar en situaciones adversas, como en altas temperaturas, calor y polvo, esas condiciones son las  que hacen que el movimiento fuese más combativo y en vez de enfriarlo, calentó la lucha, sin embargo, el movimiento quedó diezmado, sin liderazgo y  llevó 10 años  recuperarse.

Un sueño de Alfredo Maneiro por construir un Nuevo Sindicalismo

Sidor, pudo seguir siendo una empresa productora de acero, mejorando en lo que a productividad se refiere, pero seguía en la búsqueda y en la construcción de un liderazgo que pudiese conducir al Movimiento Obrero Siderúrgico y fue un hombre visionario cómo Alfredo Maneiro, quién decidió incursionar con una política hacia el Movimiento Laboral, hablando de un proceso de reconstrucción lento, pero necesario para los trabajadores del país que se llamaría Nuevo Sindicalismo, ese fue el gran sueño y triunfo de Alfredo Maneiro.

En ese proceso lento, pero firme en la construcción y búsqueda de  nuevos liderazgos y la construcción del Nuevo Sindicalismo, que se le llamó en sus inicios Matanceros, (en reconocimiento a los trabajadores de la Zona Industrial Matanzas), trabajaron Pablo Medina, comisionado para la siderúrgica, quien entró en un proceso de captación de cuadros, logrando conformar un equipo  integrado por Tello Benítez, Andrés Velázquez, el negro Lemus Salazar, Alejandro Silva.

En ese tiempo, el Sindicato de Atiss, pasó a ser Sutiss y en julio del año 1977, se eligió a Luis Malavé, como el 1er presidente del que se iba convertir en los años venideros en el sindicato más vigoroso y poderoso de Venezuela y América Latina, SUTISS.

Alfredo Maneiro con su política logró colocar sus primeras fichas en el tablero y capta a Tello Benítez, quien se reelige a esa directiva y se elige a Andrés Velásquez, como delegado departamental. Desconociendo posteriormente su fuero como delegado departamental y teniendo que acudir a la Comisión Tripartita de Arbitraje, para que después de una larga y sostenida lucha se le reconociera su condición de delegado.

Posteriormente el Nuevo Sindicalismo y la perseverancia en su construcción, nos llevó el 23 de Noviembre de 1979, a obtener una significativa victoria, en la Presidencia del Sindicato SUTISS, con Andrés Velásquez, a la cabeza de los Matanceros y entramos: Adon Soto, Gabriel Moreno, Miguel Ereico, Freddy Merchan, Freddy Orozco y mi persona como delegados departamentales, enseguida comenzamos la lucha por la reducción de jornada.

La clase política del momento, no vió con buenos ojos el nacimiento de esta nueva fuerza o Movimiento Laboral. No se cedieron espacios que se requerían  y en una nueva discusión de contratación colectiva, la clase política no resistió el ejercicio democrático de consultas y toma de decisiones al lado del movimiento y  decidieron vergonzosamente, marcar la historia negativa nuevamente con la intervención del Sindicato SUTISS, el 13 de noviembre de 1981. y el despido de la directiva del Sindicato, Andrés Velásquez y Tello, no pudieron culminar su periodo.

Parte de la dirigencia sindical fue apresada, para ese entonces, desaparecieron físicamente al dirigente Melchor Rosas, ocurrió el 28 de abril de 1983, hasta la fecha no se sabe sí fue el hampa común, o una acción de hacer desaparecer a una figura emblemática de los Matanceros. Fue una fecha  nefasta para el movimiento sindical con esa intervención.

Luego pasaron casi 7 años, sin ningún tipo de ejercicio democrático, donde la persecución y despidos, eran el norte de la clase política del momento, (entiéndase AD y Copey) mantuvieron al Sindicato SUTISS intervenido, impusieron una dirección sindical sin liderazgo, que no fue aceptada por el movimiento. Pensaron que el movimiento sindical estaba muerto y a los que ellos montaron les daría para ganar, convocaron un nuevo proceso electoral sindical en SIDOR, para la fecha 26 de Agosto de 1987.

Consolidación del Nuevo Sindicalismo y de Matanceros

Descabezado el Movimiento Matanceros, tras despedir y poner fuera de la planta un conjunto de dirigentes laborales de mucho respeto, como Andrés Velásquez, Tello Benítez, Alejandro Silva, Freddy Orozco y Adon Soto, aquellos que permanecíamos en la planta, lo hacíamos con bajo perfil y con un papel prácticamente clandestino en donde se sacaban los periódicos departamentales, mientras “Matanceros”, el periódico del portón de la fábrica, seguía circulando para mantener viva la llama de lucha y estar preparados para el momento de la convocatoria de esas nuevas elecciones que nos permitiría participar, ellos confiados que habían acabado con todo ese liderazgo que existía en la fábrica, después de esa nefasta intervención.

Después de una gran lección para todos nosotros, los que estábamos aún en la siderúrgica resistiendo el terrorismo sindical y las persecuciones, entendimos que no habían caudillos, quedamos solo referencias de liderazgo como Andrés Velásquez y Tello Benitez y en base. Estructuramos un equipo utilizando a estos líderes como referencia, creamos consignas precisas como “Para que Andrés y Tello vuelvan aquí, aquí está la plancha de los Matanceros”, a mi persona me correspondió encabezar la plancha y en compañía de hombres valiosos como Arquímedes Liccet, José Milazzo, Freddy Merchan, Agapito Hernández, entre otros dirigentes, asumimos este nuevo reto, de ir a ese  proceso electoral, con la inolvidable plancha 4, nuevamente ganamos estas elecciones, en fecha 26 de Agosto de 1987.

Seguidamente, nos correspondió ir al proceso de discusión del Contrato Colectivo, con el San Benito que nos tenían, «Los Matanceros», eran buenos para la lucha, no logramos firmar contratos colectivos en ese entonces. A pesar de esa letanía que generó ciertos temores en los trabajadores que se llegó a decir: «Estos muchachos, son buenos dirigentes, son honestos, pero no firman contratos, y  si nos vuelven intervenir». Pero gracias a Dios, también logramos vencer esas dudas que sembraron, los malideosos.

La situación nos ayudó a ganar confianza, incluyendo en quienes dirigían la empresa, al punto tal, que también debo expresar con la mayor sinceridad que en SIDOR, para esa fecha, no solamente teníamos un gran equipo consolidado de dirigentes sindicales,  sino que nos tocó en la directiva, la  mejor gerencia que ha pasado por  la Siderúrgica del Orinoco, en la figura del ingeniero César Mendoza, quién la presidia y  generaba confianza, este personaje con su sabiduría y paciencia, parecía un cura, nos atendía, para que juntos pudiésemos resolver los problemas que afectaban a los obreros,  sin afectar la producción. 

Debo resaltar la labor de  ingenieros como Herrera Malpica, al frente de la vicepresidencia de personal, Iván Sanoja, José Salas y Angel Barreto, eran cuadros de primera línea y siendo el último de los nombrados, posteriormente presidente de la fábrica, interactuábamos con él, como empresa y a mi, como presidente de SUTISS, en mi segundo período.

Para mí, considero que fue una época de oro y para el Movimiento, contábamos en la Inspectoría del Trabajo, con calidad, en la persona de la doctora Magaly Caraballo, quien siempre nos abrió las puertas, nos reuníamos para resolver los conflictos y así evitar que la sangre llegara al río.

Siguiendo con el hilo de lo que fue la excelencia de esos tiempos que nos obligaban a ser mejores,  nos tocó para ese momento y es referencia obligada en la CVG, el Ingeniero Leopoldo Sucre Figarella, a quién la gerencia de esas empresas le temían por lo fuerte de su carácter y lo estricto, por tanto procuraban a toda costa resolver los problemas y así evitar que llegase a sus manos, dejando  a esa instancia solo los problemas de envergadura que hicieran necesaria la participación del ministro, en ese proceso de negociación.

Los militares para ese momento, cumplían una labor de equilibrio entre la Empresa y el Sindicato, resguardaban la fabrica, evitando los excesos y hasta servían de mediadores en los conflictos, sentaban a las partes y buscaban vías de solución que no afectaran la productividad, no privaran a los trabajadores de sus reivindicaciones. Hablar de esa FAN, era sinónimo de respeto.

Conociendo la calidad de ese equipo en la gerencia de la empresa y en la CVG, nos preparamos para la elaboración de nuestro proyecto de Contrato Colectivo. Fuimos a la mesa de discusión, no solo para los incrementos en materia salarial por primera vez en la historia del Movimiento Sindical y en donde lo económico quedaba en segundo plano, porque había mucho que discutir en materia de Seguridad Industrial, en la lucha que veníamos dando por la reducción de la jornada de trabajo, eran nuestras prioridades. Producto de los excesos en las jornadas, veníamos perdiendo la vida de muchos compañeros. Se hacía necesario tener mayor tiempo libre, para que nuestra gente pudiese estar con sus familiares. Además, para que el trabajador, tuviese más tiempo para reposar y mantener así mayor salud, que redundaría, en mayor productividad.

Estando allí, al frente del Sindicato SUTISS, logramos alcanzar ese conjunto de reivindicaciones qué habían quedado rezagadas con la intervención. Así, comenzamos a ver el fruto y éxito de las mismas, las cuales paso a mencionar a continuación.

En materia de Transporte: la flota de autobuses que prestaba el servicio a nuestros compañeros eran prácticamente chatarra. Conciliamos con los representantes del transporte y la dirección de la empresa bajo la supervisión de nuestro Sindicato Sutiss, se comenzó un proceso de repotenciación de las flotas incluyendo la sustitución y renovación con la comprar de nuevas unidades, que evitaron los accidentes que se suscitaban en carretera y que generaban pérdidas humanas, fue esta nuestra primera victoria en las reivindicaciones alcanzadas, comenzando de esta manera un proceso en ganar confianza entre  trabajadores. Aun recuerdo frases del señor Pichardo, quien decía: «Con ustedes se puede negociar».

Demostramos, que no solo se podia arengar en los portones, sino que sumamos  la planificación, programación y metas,  como tareas primordiales, al punto que logramos ampliar la flota hacia las poblaciones de Soledad  y Sierra Imataca. Lo cual también fueron conquistas sindicales.

En materia Alimentaria: afincamos con mucha fuerza nuestra lucha, en el servicio de comedores. Debo reconocer que esta fue una lucha titánica pero logramos inicialmente que se suministrara las comidas higiénicas y balanceadas tanto en los turnos de 7 am a 3 pm, como en el turno de 3 pm a 11 pm,  y posteriormente, nos extendimos al turno de 11 pm a 7 am, para que los trabajadores tuvieran comida en los tres turnos.

No conforme con ello, conseguimos la incorporación de dos tipos de menú: 1 para trabajadores hipertensos y diabéticos, a parte de la comida general para el resto de los  trabajadores. Ellos, podían escoger entre dos menú que incluido pollo, carne o pescado, ensaladas, arroz o pasta, además de la famosa sopa y seco, más un postre o fruta.

Lograr la Reducción de la Jornada, con la aprobatoria  del nuevo contrato,  fue un gran éxito.

A la par, logramos  cláusulas que establecían límites en las horas de Sobre tiempo, que podría trabajar nuestros compañeros trabajadores, y así evitar el exceso de agotamiento de 16 horas en una fábrica, ya que no concebíamos cómo se  podía anteponerse la productividad, ante la vida de un hombre.

En materia de Seguridad Industrial, se instalaron Cabinas Presurizadas, con aire acondicionado. No podíamos seguir sometiendo a condiciones tan adversas a nuestros compañeros, estar en una fábrica en donde el ruido, el calor, el polvo, inclusive condiciones adversas que arriesgaba sus vidas.

Mejoraron las condiciones de trabajo, en el área de producción se refiere, establecimos la aprobación de Cláusula 72, referida a Trabajo de Índole Distinta y en Condiciones de Riesgo. Esta, fue tan importante para nosotros, como la de la reducción de la jornada.

Se incorporaron la Clausula Paritaria de Higiene y Seguridad Industria, donde empresa y sindicato se reunían semanalmente para discutir todo lo concerniente a esa área.

Se establecieron las Colonias Vacacionales, para el disfrute de trabajador y sus familiares en Tarabacoita, Carúpano, Estado Sucre. Construcción de los polideportivos en Unare, Vista al Sol, Upata, fueron cosas que iban más allá de la productividad, como tal.  Salimos de la fábrica, a exigir mejoras en los hospitales y con ello nos metimos a hacer las ciudades más humanas.

Como premio mayor, se firmó la Contratación Colectiva, que incluían las verdaderas reinvidicaciones que exigía la clase trabajadora, sin afectar la operatividad de la empresa, con cláusulas que  mejoraban las condiciones de nuestros compañeros en las áreas de trabajo, fue realmente confortante.

Con nuestra lucha transparente, nuestra mayor recompensa fue oír las palabras del presidente nuestra Empresa SIDOR, cuando los periodistas para ese momento le preguntaron sobre lo que antes marcaba las discusiones de las contrataciones colectivas que era el cobro de  «las costas sindicales», que era la comisión que cobraba la dirigencia sindical, una vez concluido el contrato colectivo y el presidente de SIDOR, Ingeniero César Mendoza, les respondió:

«Fueron unas discusiones duras difíciles pero claras y transparentes».

Palabras estás que marcaron grandes titulares en los medios de comunicación, en ese tiempo.

Esas frases para nosotros, como dirigentes sindicales en un mundo que estaba podrido, fue un gran reconocimiento, concluida esa discusión de contratación colectiva, y estimuló para el nuevo reto como fue mi reelección, elecciones sindicales del años 1989 y allí logramos aumentar nuestra nuestra votación, asimismo, aumentamos el número de puestos en el Comité Ejecutivo. Y con ello el Sindicato SUTISS, volvió a ser lo que había sido, un Sindicato vigoroso, luchador, combativo, honesto y democrático, y con un poderoso Movimiento Obrero.

Este éxito nuevamente en SUTISS,  nos impulsó para avanzar al terreno político, ya no era la consigna para que Andrés y Tello vuelvan, sino que la nueva consigna era «El que gana SUTISS, gana todo».

Venían las elecciones para gobernadores y alcaldes y recuerdo que Andrés Velásquez, repetía esa consigna «El que gana SUTISS, gana todo». Con ello vino nuestro 1er. triunfo político, ganamos la Gobernación del Estado Bolívar, con Andrés Velásquez, a la cabeza.

Matanceros: seguió liderizando SIDOR, hasta que vino Machuca

En el año 1991, vino la tercera elección sindical, me sirvió de reflexión, cuando muchos trabajadores y muchos compañeros dirigentes sindicales me decían que había que repetir, pero yo haciendo un balance de mi gestión, ya no era el mismo hombre que estaba en la fábrica supervisando y chequeando, sino con otros compromisos, con otros sueños, con otras tareas, tomé la decisión de ir con otros compañeros a la construcción del Nuevo Sindicalismo, a nivel nacional, siendo sustituido en ese tercer. proceso electoral,  por el compañero José Milazzo.

Luego en el año 1993, ganó la presidencia Ramón Machuca, pero al prolongarla durante 5 largos periodos, el ejercicio prolongado del poder, fue degenerando y, vino la debacle del nuevo sindicalismo, paralizó la construcción de nuevos cuadros, trunco los cambios que correspondían a los nuevos dirigentes y  al no darse el cambio generacional, sustituyo el liderazgo colectivo por el caudillismo. Ya no se discutía la política sindical,  se imponía, se amedrentaba, y se sometía a la masa por la fuerza.

Atomización, anarquía y la muerte del Movimiento Sindical

Llegó el triunfo de Chávez y con él, se fue esa dirigencia, incluido Ramón Machuca, detrás de un militar, lo cual trajo la desarticulación total y el desmantelamiento de ese Movimiento Sindical y toda nuestra historia de luchas por mejorar las condiciones laborales. Y así mantuvo, Machuca a SUTISS, se la entregó a Chávez y a la Revolución, quienes acabaron con la institución sindical y destruyeron  el otrora poderoso movimiento siderúrgico y con ello acabaron con la misma empresa SIDOR.

Los que vinieron después de él, sin liderazgo colectivo que los orientara, fueron presa fácil del gobierno en una política de atomización, convirtieron el gran sindicato en pequeñas fracciones o grupos sin mayor fuerza, ni liderazgo, dejando los trabajadores en las plantas, al garete.

Aquí, se perdió la autonomía Sindical, decidieron decirle a los trabajadores, que no fueran a laboral, que se quedarán en sus casas que ellos le pagaban como que si estuvieran por turno, eliminaron los  transportes, eliminaron comedores, eliminaron colonias vacacionales y fueron eliminando todas y cada una de las conquistas que habíamos logrado en el tiempo.

Allí, decidieron seguir un plan maquiavélico por parte de quienes nos gobernaban para el desmontaje de ese gran Movimiento de Trabajadores, que fue vanguardia y referencia del Movimiento Obrero Venezolano y referencia para América Latina.

Ni siquiera vale la pena nombrarlos o llamarlos dirigentes, solo son ejecutores de la política del gobierno, y control obrero, antítesis de lo que debe ser el sindicalismo, es una caricature y esto vale para todas las plantas, arrasaron con la Zona Industrial Matanzas.

Reconstrucción del Movimiento Sindical pasa por el cambio político y la construcción de la 6ta. República

Hoy por hoy, el Movimiento Obrero Siderúrgico, adolece de  liderazgos individuales y aún más de un liderazgo colectivo. Con mucha tristeza debo expresar que hay que prepararse para ver morir una empresa tan importante para el país, digo para ver morir porque grandes siderúrgicas en el mundo han cerrado sus puertas, no se adecuaron tecnológicamente, tampoco asumieron con transparencia, esos procesos de privatización cómo se debían asumir.

Mientras tengamos a los trabajadores afuera de las plantas, desarticulados, no existe posibilidad de sobrevivencia, salvo que se de un cambio político y podamos dar un vuelco de 180 grados, para asumir ese proceso de privatización que en una oportunidad se asumió con el consorcio Amazónico, como alternativa para salvar los puestos de trabajo y construir una salida, en donde todos podamos colocar un granito de arena. Igual, en donde los trabajadores podamos volver a tener el 20%, pero con Directores Laborales nacidos del seno laboral, no impuestos por el Gobierno de turno o la empresa, donde al sector privado tenga un porcentaje similar al que tenía el Consorcio Amazonía y en donde el Estado venezolano, también asuma con una cuota mínima de participación del 20%, la vigilancia (Supervisión está, que nunca hubo) y así evitar que un sector, se le imponga sobre al otro.

Sólo así, podríamos tener nuevamente un Movimiento Laboral combativo aguerrido y con un escenario extraordinario. Sería la lucha por la reconquista, de nuestras conquistas del pasado.

Siempre se dijo, que el destino de la ciudad, estaba relacionado con la Siderúrgica del Orinoco, y eso es cierto, hoy cuando nuestra Ciudad Guayana cumplió 59 años de fundada este 02 de Julio, con una Siderúrgica, prácticamente cerrada, y una ciudad totalmente destruida, gracias a la plaga roja que cayó sobre nuestro país.

El proceso de reconstrucción del Movimiento Sindical, pasa obligatoriamente por un cambio en el  modelo económico, reinventarse en el plano de la dirigencia laboral, con un nuevo liderazgo, que no copie los errores del pasado, y con plena autonomía sindical.

Los invito a reflexionar sobre lo que queremos de nuestra Siderúrgica, nuestra fábrica de la Zona Industrial Matanzas, nuestra ciudad y nuestro País.

 

Víctor Moreno
Expresidente SUTISS Período 1987-89 y reelecto 1989-91
Presidente Fetrabolívar
 

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