Ciudad Guayana.- Trabajadores de las empresas básicas de Guayana comenzaron a recibir un «combo hallaquero», gesto que ha sido calificado como «migajas al empleado», por el secretario de Organización de Sunep-CVG y miembro de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana, Cecilio Pineda.

El representante sindical de la Corporación Venezolana de Guayana indicó que la entrega de este combo contentivo de alimentos para la preparación del plato navideño, es consecuencia de la destrucción de las empresas del Estado y la pérdida de beneficios expresados en los contratos colectivos.

«Como dirigente sindical no puedo estar feliz por la entrega de un combo de comida o de un pernil cuando se han perdido todos los beneficios de las convenciones colectivas. Lo que queremos es que hayan sueldos justos que le permita al trabajador hacer su hallaca si quiere, comprarse lo que desee y no tener un control social sobre ellos decidiendo, por ellos, qué comer o qué hacer», expresó Pineda en entrevista con Soy Nueva Prensa Digital.

El trabajador recalcó que es primera vez que la directiva de las empresas básicas entregan este «combo hallaquero»; antes lo hacían con una pieza de pernil, pero desde hace dos años que ya no lo hacen.

«No puedo estar alegre porque den unas bolsas para hacer hallacas. Eso es una política que tiene el Estado, una dádiva, como no tengo pernil, toma esta bolsita», reiteró.

Comunicado

A través de un comunicado que se divulgó en redes sociales, con fecha 10 de diciembre de 2021, la Vicepresidencia Ejecutiva informa a Vicepresidentes de la Corporación Venezolana de Guayana y Presidentes de las empresas tuteladas que se entregarán «combos de alimentos de incentivo navideño (combo hallaquero)», aclarando que el «beneficio» lo recibirá únicamente el trabajador activo que cumple la asistencia a su puesto de trabajo en 95 %, así como trabajadores jubilados, incapacitados y sobrevivientes.

Para Pineda esto no es más que un acto discriminatorio, al no considerar al trabajador que por falta de transporte, de efectivo, o por consecuencia de la pandemia de Covid-19, no asiste a su puesto de trabajo con regularidad.

El ‘combo hallaquero’ contiene: cinco kilogramos de harina de maíz precocida, un litro de aceite de maíz comestible, ochenta gramos de onoto en granos, doscientos gramos de alcaparras enteras en sal, quinientos gramos de aceitunas verdes, cien gramos de uvas pasas, dos pollos enteros congelado (4kg) y cuatro kilogramos de carne de res “de primera”, picada y empaquetada.

En el comunicado también aclaran que este combo vino a sustituir la entrega de pernil «debido a que actualmente a nivel nacional existe déficit del referido alimento proteico, como consecuencia de su alta demanda para estas fechas y a su vez, motivado a la especulación en los precios del mismo…».

Cecilio Pineda resaltó que el pernil no se entrega desde hace dos años y lo atribuye a un «negociohay tras bastidores en la CVG», acotó.

«No sabemos quién se lucra o se lucraba de este negocio. Lo cierto es que dentro de las empresas básicas hay mucha hambre, porque los trabajadores perciben un sueldo por debajo de 15 dólares y con eso no se puede hacer nada».

Perdieron bonos y utilidades

Como un recuerdo en la historia de las empresas básicas quedaron aquellos momentos en el que los trabajadores cobraban las tan esperadas utilidades, valoradas en 120 días de trabajo (cuatro meses), cuyo monto alcanzaba para pintar o remodelar sus viviendas, viajar o incluso cambiar de vehículo.

«Eso en otra época era lo máximo, pero llegó el socialismo y comenzaron a ver y que privilegios en los trabajadores que no eran más que beneficios logrados a pulso con su trabajo; era una justa recompensa, pero el chavismo solo trajo destrucción de las empresas y eliminación de todos los beneficios. Ahora es una política de humillación, de control social, nos quieren tener a punta de dádivas después que éramos independientes con nuestros sueldos», cuestionó Pineda.

Beneficios como HCM, incentivo escolar, útiles escolares y hasta regalos navideños para hijos de trabajadores son algunos de los beneficios contractuales que, según Pineda, se han perdido en el tiempo.

En el caso particular de la CVG se entregaba un «bono de fin de año», cuyo monto estaba valorado en 120 días de sueldo integral (sueldo básico, prima de profesionalización, prima de antigüedad, incentivos de ahorro, entre otros rubros) que todavía lo pagan, pero «con unos sueldos pírricos», que el trabajador desconoce porque no reciben listines de pagos y lo depositado en las cuentas del Banco de Venezuela, no representa la realidad para cubrir la cesta básica alimentaria del país.

Las utilidades, al menos en CVG, se pagaron de manera fraccionada y hasta la fecha solo han recibido 75 % del monto total. «El promedio de un cevegista en utilidades, son 60 dólares», detalló Pineda.

El trabajador de CVG afirma que la mayoría de las empresas tuteladas están «técnicamente paradas», al punto de tener que recurrir a la venta de chatarras, sobre todo en el sector aluminio, hierro y acero. Agrega a su denuncia que la política de hostigamiento y amenazas contra el trabajador que reclama, continúa dentro de la corporación.

Elías Rivas

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