Washington.- Un total de 33 plantas de producción de General Motors (GM) en Estados Unidos quedaron paralizadas este lunes por la huelga iniciada en la medianoche del domingo por cerca de 50.000 empleados de la compañía, la primera protesta de este tipo que sufre desde 2007.
Además de las plantas de producción, la protesta afecta a 22 instalaciones de distribución de componentes, lo que impactará en plantas de producción de Canadá y México, que dependen de estos elementos para el montaje de vehículos.
La huelga se inició después de que los afiliados del sindicato United Auto Workers (UAW) votaran por paralizar las plantas de producción, en reacción al bloqueo de las negociaciones con la empresa para la firma de un nuevo contrato colectivo.
El paro es el primero que sufre GM desde 2007, antes de la gran crisis que afectó el sector en 2008 y tras años de grandes beneficios. Solo el año pasado, GM ganó 8.104 millones de dólares gracias a los buenos resultados en Norteamérica.
UAW y políticos demócratas han acusado a GM de olvidarse de los sacrificios hechos por los trabajadores de la empresa cuando el fabricante de automóviles estuvo a punto de desaparecer en 2008 y les solicitó grandes sacrificios para salir adelante.
El vicepresidente de UAW, Terry Dittes, señaló en un comunicado que los trabajadores de GM defendieron a la empresa cuando más los necesitaba y que ahora los empleados están unidos para defender a sus nuestros afiliados, familias y las comunidades en que trabajan y viven.
Julián Castro, uno de los candidatos a la nominación presidencial demócrata, destacó en Twitter que la consejera delegada de GM, Mary Barra, ganó 22 millones de dólares en 2018, «281 veces el salario medio de un trabajador de GM» y que la empresa puede permitirse mejorar las condiciones económicas de sus empleados.
Otro de los aspirantes demócratas, Bernie Sanders, expresó su apoyo a los trabajadores «que están enfrentándose a la avaricia de GM».
«Nuestro mensaje a GM es simplemente este: punto final a la avaricia, negocie con UAW y trabaje por un acuerdo que trata a los trabajadores con el respeto y la dignidad que se merecen», indicó Sanders.
La huelga en GM se produce tras dos meses de negociaciones entre la empresa y UAW para la firma de un nuevo contrato colectivo, que tendrá vigencia por cuatro años. El anterior contrato concluyó en la noche del sábado.
El paro de los trabajadores también se ha producido poco después de que la compañía retirase de la mesa la oferta de pagar hasta un 15 % de los gastos sanitarios de sus trabajadores.
Fuentes sindicales han señalado que después de que UAW rechazase la cifra al considerarla excesivamente baja -la media nacional es de casi el 30 %- los negociadores de GM retiraron la oferta y volvieron a mantener el 3 % que la empresa costea en la actualidad.
Por su parte, GM dijo que ha ofrecido 7.000 millones de dólares en inversiones durante la duración del contrato colectivo, lo que creará más de 5.400 empleos, así como mejoras salariales y mayores pagos de prestaciones sanitarias.
GM ofreció, además, a UAW localizar la producción de una nueva camioneta «pickup» eléctrica en una planta de Detroit, que está previsto que cierre el próximo año como parte de la reestructuración del fabricante.
En noviembre del año pasado, GM anunció el cierre de las plantas de montaje de Oshawa (Canadá), y de Detroit-Hamtramck y Lordstown, ambas en EE.UU.; y las de Baltimore y Warren, en territorio estadounidense que producen motores y transmisiones, lo que afectará a 14.500 personas.
A pesar del inicio de la huelga, los negociadores de GM y UAW reiniciaron sus conversaciones en la mañana del lunes. EFE
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