Puerto Ordaz.-El terminal de pasajeros improvisado que funciona en la Plaza del Hierro en Puerto Ordaz, en donde converge el transporte público que cubre las diferentes rutas urbanas de la ciudad, sus propietarios no cumplen con ordenanzas municipales, “cada quien cobra el pasaje como les da la gana. Pasan por encima de los fiscales de la Dirección de Transporte de la Alcaldía de Caroní”, es lo que denuncian usuarios.
La presencia del fiscal de la municipalidad, solo es una figura. El funcionario no puede y no debe multar, ni remolcar un autobús para evitar una escaramuza.
“Está prohibido llevarse preso a un chofer que cobre un pasaje, por encima del precio establecido por la Alcaldía de Caroní”, acotó un ciudadano que pidió no ser identificado por temor a represalias.
El caos ocurre después de las tres de la tarde, momentos en que comienzan a llegar los usuarios para hacer la cola y poder embarcarse en un microbús de la ruta Vista al Sol, cruce UD 145, Casa de la Mujer, entre otros puntos de la ciudad.
Dice uno de los pasajeros en cola que prefiere hacer lo posible por viajar en un BTR, cancela 500 bolívares, “no me importa ir como sardina en lata”, acotó.
Los pocos vehículos de Transbolivar, no se dan abasto para trasladar tantos usuarios. Según de 35 autobuses operativos, sólo 9 vehículos circulan en la ciudad.
Los ocho metros
Cuenta un trabajador del Transporte Público del estado Bolívar, que el mayor grueso de autobuses de la gobernación está descompuesto. Algunos, esperan por un repuesto, otros por neumáticos y una tercera parte no tienen remedio.
En los BTR suben hasta más de 200 usuarios, “para ir sentado es una odisea. Cuando el chofer abre la puerta del colectivo, la gente entra de manera salvaje, es una situación que no se puede controlar. Unos se golpean con otros para ingresar a la unidad”, cuenta un pasajero.
Según, el colapso de la empresa del transporte público, ocurrió después de los dos años de gracia que dio el gobierno regional a usuarios de este servicio, al no cancelar pasaje.
María García, pasa tres horas en una cola para subir a un autobús, sin incluir el tiempo de recorrido que toma llegar a su casa.
Otros pasajeros denunciaron que los transportistas cobran entre ocho, diez y quince mil bolívares, “es un exabrupto y un abuso de su parte. Los que ganamos salario mínimo, no nos alcanza para pagar pasaje”, apuntó Luis Rodríguez.
No existe gobierno
Para muchos de los que se encontraban en cola para abordar una unidad, el municipio Caroní, es un pueblo sin ley, “no existe autoridad que regule y meta en cintura a estas personas. No se justifica que el gobierno municipal, esté integrado por funcionarios que tienen, hasta cuatro autobuses trabajando en la ruta”, denunció, Enrique Segovia.
Además, del cobro exceso de pasaje, usuarios denunciaron que en esta zona mandan los “colectivos”. En la Plaza del Hierro, se hace lo que digan los colectivos, aquellos que reclaman y se ponen bruto, corre el riesgo de ser golpeado por estos sujetos”, dijo un usuario.
Afectados, exhortaron a miembros de la Dirección de Transporte de la alcaldía de Caroní, igual al alcalde, Tito Oviedo y concejales del municipio para que den respuestas a la anarquía que prevalece en Ciudad Guayana.
Bladimir Martínez Ladera
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