El Tribunal Constitucional de Tailandia anunció hoy la destitución del primer ministro, Srettha Thavisin, tras hallarlo culpable de violar el código ético por el nombramiento irregular de un ministro, apenas una semana después de que la misma corte disolviera al mayor partido opositor.
En una ajustada deliberación, con cinco votos a favor y cuatro en contra, la corte consideró a Srettha culpable por nombrar a finales de abril como ministro de Finanzas a Pichit Chuenban, quien fue condenado en 2008 a seis meses de prisión por un delito de intento de soborno a funcionarios judiciales.
La denuncia había sido presentada ante la corte por un grupo de 40 exsenadores elegidos por la extinta junta militar (2014-2019), y el fallo se produce apenas una semana después de que el mismo tribunal decidiera disolver Avanzar, el partido ganador de las elecciones de 2023, que fue bloqueado para gobernar por el Senado.
Srettha, que mantiene su inocencia, llegó al poder hace cerca de un año, tras liderar una incómoda coalición de su partido, el Phue Thai, el segundo más votado en las pasadas elecciones y en su día el mayor antagonista de los conservadores, con varias formaciones, entre ellas dos vinculadas a la antigua junta militar.
Fata de integridad
«El hecho de que Srettha fuese consciente de la falta y pese a ello nominara a este individuo como ministro indica una falta de integridad (…) Con mayoría de 5 votos frente a 4, el Tribunal Constitucional ha determinado que la posición de Srettha ha terminado, de acuerdo con el artículo 170 de la Constitución», dijo uno de los magistrados al leer el fallo.
La destitución de Srettha provoca la caída de todo su gabinete y la Cámara de Representantes deberá elegir a un nuevo líder, para lo cual en principio no cuenta con límite de tiempo y que podría sumir al país en la parálisis.
Cabe la posibilidad de que el Pheu Thai pueda seguir dominando el Gobierno si su candidato, que podría ser la hija del exprimer ministro Thaksin Shinawatra, Paetongtarn Shinawatra, es nominada, si bien se prevé que la destitución de Srettha desate una nueva lucha de poder e incertidumbre.
La caída de Srettha y la disolución la pasada semana de Avanzar, que resurgió el pasado viernes bajo la nueva marca Partido del Pueblo y se mantiene como principal fuerza de la oposición, ha suscitado críticas generalizadas por lo que se considera una «judicialización» de la política.
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