El hispanoestadounidense Pablo Ibar, en una imagen de archivo. EFE/Giorgio Viera

Un tribunal estadounidense ha confirmado la condena a cadena perpetua del español Pablo Ibar por tres asesinatos y rechazó así revocar la sentencia, como pedía la defensa, por la que cumple prisión en EEUU.

El portavoz de la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo, Andrés Krakenberger, informó en España del fallo judicial, que califica de «golpe demoledor» y «un gran mazazo para la familia» en un comunicado.

Ibar, que también tiene la nacionalidad estadounidense, permanece encarcelado desde 1994. Lo han juzgado cuatro veces por las muertes de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de las modelos Marie Rogers y Sharon Anderson, tres crímenes que asegura que él no cometió.

Pasó 16 años en el corredor de la muerte condenado a la pena capital, hasta que en 2016 un tribunal de apelación anuló la sentencia al considerar las pruebas «demasiado endebles». Posteriormente, la condena a muerte la sustituyeron por cadena perpetua.

El 28 de febrero pasado se celebró la vista judicial en la que solicitó la revocación de la cadena perpetua, que ahora rechazó el Tribunal de Apelación del Cuarto Distrito de Florida.

Rechazados todos los argumentos de la defensa

Este lunes, el abogado estadounidense Joe Nascimento aseguró en España que Ibar estaba «realmente esperanzado» con la nueva apelación y confió en que se repitiera el juicio, pues el anterior estuvo plagado de «errores», con el «objetivo de lograr la absolución».

En la apelación, la defensa se refirió a la «insuficiente» prueba de ADN localizada en una camiseta, la falta de vínculo con los asesinados o la «inconsistencia de la declaración» de un testigo clave para la Fiscalía, entre una docena de argumentos.

Pero el tribunal de Florida los desestima todos, también la acusación al juez Dennis Bailey, el magistrado del último proceso, de «parcialidad» en la actuación con un miembro del jurado que denunció haber sufrido presiones de sus compañeros para que votara a favor de la condena, y dijo en redes sociales que se arrepentía de la condena.

El tribunal rechaza el argumento del letrado de Ibar: «El registro en este caso revela que el miembro del jurado simplemente se arrepintió de su veredicto. El mero remordimiento de un miembro del jurado es insuficiente para justificar una intromisión en las deliberaciones del jurado», según la resolución judicial.

Así, concluye que «no hubo supuestos actos perjudiciales manifiestos ni influencia externa», dice el comunicado de Andrés Krakenberger.

El tribunal no explica por escrito por qué rechaza los otros motivos de la defensa (no está obligado a ello), de manera que «ha perjudicado sustancialmente» la capacidad de Ibar de solicitar una revisión del Tribunal Supremo de Florida.

Ahora, el abogado de Ibar solicitará que emita una opinión escrita sobre todas las cuestiones para poder apelar posteriormente ante el Supremo de Florida.

Ibar tiene 50 años, está casado, es padre de dos hijos y es sobrino del boxeador español fallecido José Manuel Ibar Urtain, campeón de Europa de los pesos pesados.

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