Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio este miércoles un discreto espaldarazo a Juan Guaidó, el líder que considera el mandatario legítimo de Venezuela, al recibirle a puerta cerrada en el Despacho Oval, mientras la Casa Blanca prometía más medidas contra el chavismo en el próximo mes.

La primera reunión en persona entre Trump y Guaidó supuso una victoria para el líder opositor, reconocido por más de 50 países como presidente de Venezuela, después de que el mandatario estadounidense diera el año pasado señales de impaciencia por la falta de resultados de su campaña para derrocar a Nicolás Maduro.

UNA HORA JUNTOS

El encuentro duró alrededor de una hora, según indicó a Efe la Casa Blanca, y tuvo lugar un día después de que Trump invitara por sorpresa a Guaidó a su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso y le homenajeara como el «legítimo» presidente de Venezuela.

No obstante, la reunión quedó algo deslucida por la decisión de la Casa Blanca de cancelar en el último momento el acceso de las cámaras y del pequeño grupo de periodistas que tenían previsto entrar en el Despacho Oval.

La Casa Blanca no dio explicaciones oficiales, pero los periodistas recibieron el aviso de que no podrían entrar justo después de que un senador republicano, Mitt Romney, anunciara que votaría este miércoles para condenar a Trump en su juicio político, por lo que es posible que Trump quisiera evitar preguntas del tema.

La estructura de la visita de Guaidó a la Casa Blanca fue idéntica a la de cualquier otro jefe de Estado, y el líder venezolano incluso se hospedó en la Casa Blair, donde se alojan los invitados oficiales del presidente de EE.UU. y donde la semana pasada durmió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Y aunque no hizo declaraciones, Trump se hizo fotos con Guaidó a su llegada a la Casa Blanca, con el pulgar levantado.

Los fotógrafos oficiales de ambos lados sí pudieron entrar en el Despacho Oval y captaron a los dos líderes hablando con una traductora sentada entre ambos, y acompañados de algunos de sus asesores, como el delegado de Guaidó para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Julio Borges.

MÁS PRESIÓN A MADURO EN UN MES

Trump planeaba conversar con Guaidó del «compromiso de EE.UU. con el pueblo de Venezuela» y sobre «cómo trabajar» juntos «para acelerar la transición democrática en Venezuela que acabe con la actual crisis», indicó la Casa Blanca en un comunicado oficial.

Nueve meses antes de presentarse a la reelección y deseoso de retener el voto de los estadounidenses de origen venezolano o cubano en Florida, Trump «ha dado órdenes a su gabinete de acelerar» la implementación de su política de «presión máxima» a Maduro, afirmó este miércoles un alto funcionario de EE.UU.

«Habrá medidas con impacto en los próximos 30 días, que serán muy importantes y servirán para mutilar aún más al régimen» chavista, añadió la fuente, que pidió el anonimato, en una rueda de prensa telefónica.

El funcionario no quiso entrar en detalles sobre esas sanciones, pero calculó que, en el año que ha pasado desde que Trump respaldó a Guaidó y comenzó en serio su campaña de presión a Maduro, ha llegado «a la mitad del camino» de lo que puede hacer para acorralar al mandatario venezolano, y le quedan «muchas» opciones.

POSIBLES SANCIONES A PETROLERAS

Entre las medidas que se barajan está «absolutamente» la posibilidad de sancionar a varias petroleras internacionales, incluida la corporación estatal rusa Rosneft, convertida en el gran intermediario del crudo de Venezuela ante las restricciones impuestas por Washington a la compañía venezolana Pdvsa.

«Ya sea Rosneft, Reliance, Repsol o Chevron aquí en los Estados Unidos, yo tendría cuidado respecto a sus actividades en Venezuela que apoyan directa o indirectamente a la dictadura (del presidente venezolano, Nicolás) Maduro», dijo un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato, en una rueda de prensa telefónica.

El funcionario también descartó cualquier posible negociación estadounidense con Maduro que no tenga que ver con su «salida» del poder, y lanzó una advertencia al chavismo.

«Cualquier daño que pueda sufrir Juan Guaidó cuando regrese a Venezuela tendrá consecuencias muy significativas», subrayó.

JUGAR CON LOS ESCÉPTICOS

La visita de Guaidó a Washington estuvo envuelta en secretismo, y la fuente que habló con la prensa pareció divertida por ese hecho, al explicar que las negociaciones sobre la reunión duraron unas «dos semanas» durante las cuales hubo todo tipo de rumores sobre si Trump vería al líder venezolano y dónde lo haría.

«Ha sido divertido ver, en las dos últimas semanas, a mucha gente en los medios escribiendo el obituario político de Juan Guaidó, con esta idea de que el presidente Trump había pasado de él. Queríamos acabar de una vez por todas con esa idea», afirmó el funcionario.

«El único obituario que se escribió anoche, durante el Estado de la Unión, fue el de los escépticos que siguen cuestionando nuestro compromiso con esta transición democrática en Venezuela», zanjó.

Lucía Leal EFE

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