Washington.- El presidente estadounidense, Donald Trump, blandió este lunes su lema de «ley y orden» para conquistar a los votantes latinos en el estado clave de Arizona, al asegurar que, si él pierde la Casa Blanca, EE.UU. empezará a parecerse a las «calles inseguras» de las que huyeron muchos inmigrantes hispanos.

Durante un acto organizado por su campaña electoral en Phoenix (Arizona), Trump confió en que el eslogan que le funciona entre muchos de sus votantes blancos le permita ampliar también sus apoyos entre los latinos, ante los que dibujó un panorama apocalíptico si el candidato demócrata, Joe Biden, gana las elecciones de noviembre.

AZUZA EL MIEDO A LA INSEGURIDAD

«Muchos hispanos vinieron aquí para conseguir el sueño americano. Muchas de sus familias, sus padres y madres, lo hicieron abandonando países que no tenían calles seguras, que tenían muchos problemas», dijo Trump ante más de un centenar de asistentes.

«Y si dejan que esto continúe, tendríamos lo mismo (aquí). Como digo a menudo, no vamos a ser otra Venezuela», agregó.

El presidente se pronunció así después de insistir en que «hay que dar a los agentes del orden el respeto que merecen», y de criticar que en ciudades gobernadas por demócratas, como Nueva York y Chicago, «el crimen está por las nubes».

Desde que se registraron los primeros disturbios aislados en las protestas contra el racismo y la violencia policial en mayo pasado, Trump ha visto en el discurso de «ley y orden» una mina que puede ayudarle a recuperar parte de la popularidad perdida con su gestión de la pandemia.

El mandatario ha perfilado a los manifestantes como «anarquistas» y «criminales», sin distinguir entre los que son pacíficos y la minoría que se implica en disturbios, y ha acusado a Biden de tolerar ese comportamiento, un mensaje que le funciona bien entre los votantes blancos y conservadores.

EL MENSAJE CALA ENTRE ALGUNOS LATINOS

Algunos de sus simpatizantes latinos en el acto de este lunes en Phoenix dejaron claro que ese mensaje también ha calado en ellos. «Protejamos nuestro país, protejamos nuestro sueño americano. Este es nuestro santuario», dijo Martha Llamas, una inmigrante que llegó a EE.UU. de niña y consiguió crear su propia empresa.

Jorge Rivas, propietario de un restaurante mexicano en Tucson, dijo al presidente que «muchos inmigrantes» como él llegaron a Estados Unidos «por la seguridad», por la oportunidad de «criar a una familia en un entorno seguro».

«Si hay tanta gente saqueando es porque sus padres no están haciendo un buen trabajo a la hora de ayudar a sus hijos. Si no haces ese trabajo, no vengas después con una señal diciendo ‘Black Lives Matter’ (‘Las vidas negras importan’)», opinó Rivas.

Cerca de él, el estadounidense de origen mexicano Sergio Arellano repitió otra frase que popularizó el expresidente Ronald Reagan (1981-1989): «Los latinos son conservadores, es solo que no lo saben» todavía.

Trump confía precisamente en ese «despertar» de los hispanos conservadores para imponerse en estados clave donde el voto latino puede ser decisivo como Arizona, Nevada y Florida, donde Biden aventaja ahora al presidente por apenas 5 puntos, 5,7 puntos y 2,6 puntos, respectivamente, según la media de encuestas de la web FiveThirtyEight.

UN VOTO LATINO DECISIVO EN ARIZONA

Aunque Trump perdió el voto latino por mucha diferencia en 2016, algunos sondeos han dado señales de que los hispanos pueden estar ligeramente más dispuestos a respaldarlo que hace cuatro años, y el mandatario dejó claro este fin de semana que apuesta por ello, con actos específicamente centrados en los latinos en Nevada y Arizona.

En 2016, Trump ganó por 3,5 puntos porcentuales en Arizona, un estado que ningún candidato demócrata ha conquistado desde Bill Clinton en 1996, pero la creciente población latina del territorio -que en estas elecciones podría representar un cuarto de los votantes- votó en su gran mayoría por la rival del ahora mandatario, Hillary Clinton.

Ante una audiencia afín que en su gran mayoría no llevaba mascarillas para contener la COVID-19 a pesar de que era obligatorio en el hotel donde se celebró el acto, Trump esquivó por completo cualquier mención a su polémica política migratoria.

Tampoco se refirió al muro que está construyendo en la frontera con México, y prefirió dejarse adular por una decena de latinos que lo acompañaron en el escenario.

«Mis latinos, amo a los latinos. Es una comunidad fantástica. Nunca los defraudaré», subrayó Trump al terminar el mitin.

 

EFE

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