Turquía ha pedido este lunes al Consejo de Seguridad de la ONU «frenar a Israel» tras los ataques a la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza, que han dejado 164 muertos y que Ankara considera «parte de un plan para expulsar al pueblo de Gaza de su tierra».
«Estamos extremamente preocupados por la escalada de ataques de Israel contra la ciudad de Rafah, en el sur, tras la destrucción y las masacres que ya ha infligido a la Franja de Gaza. Consideramos esta operación parte de un plan para expulsar al pueblo de Gaza de su tierra», reza un comunicado del ministerio de Exteriores turco.
En esa nota se asegura que esta ofensiva aumenta la tragedia humanitaria y perjudica los esfuerzos para un alto el fuego duradero.
«Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional, especialmente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para que tome las medidas necesarias para frenar a Israel», concluye el texto.
Unas 164 personas murieron y otras 200 resultaron heridas por ataques israelíes en varios puntos de Gaza durante las últimas 24 horas, informó este lunes el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por el grupo islamista Hamás.
Turquía es un aliado histórico de Israel, y si bien las relaciones han experimentado altibajos desde la llegada al poder en 2002 del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, los dos países restablecieron relaciones diplomáticas plenas el año pasado, con planes para una cooperación estrecha.
Pero tras los atentados de Hamás del 7 de octubre, Erdogan denunció la respuesta israelí de bombardeos masivos sobre Gaza como «crimen de guerra» e Israel retiró a su embajadora a finales de octubre.
Erdogan viajará esta noche a Emiratos Árabes Unidos, desde donde continuará a Egipto el miércoles, y se prevé que el conflicto palestino y las posibilidades de alcanzar un alto el fuego encabecen la agenda del presidente en sus reuniones con las autoridades emiratíes y egipcias.
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