La Unión Europea (UE) mostró este miércoles su acercamiento a los países de la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) con un nuevo acuerdo de cooperación con el que establecen un marco para sus relaciones y cooperación en las próximas dos décadas.
«El acuerdo proporciona un enfoque moderno para nuestra relación, alineado con las necesidades y desafíos de nuestro tiempo y del futuro», dijo durante su discurso la secretaria de Estado española de Cooperación, Pilar Cancela, quien estampó su firma en nombre de la UE en la nación isleña de Samoa junto a la de los 71 países firmantes.
Cancela explicó que el nuevo tratado, que sustituye al de Post Cotonou de 2000, se asienta sobre tres ejes prioritarios: la prosperidad, la lucha contra la degradación medioambiental y la crisis climática y la paz compartida.
«Es un compromiso de cara al futuro, ser conscientes de que estamos en un escenario distinto y la UE tiene presencia para dar respuesta a los nuevos retos que tenemos y con la identidad propia de la UE. Es un día bonito, dijo en declaraciones a EFE.
«Lo más importante -añadió- es la alianza que se teje y el compromiso manifestado por las dos partes».
Caribe, zona prioritaria
Además del Pacífico y de la importancia de las naciones asiáticas por su fuerte población, la secretaria de Estado española, que representaba la presidencia de la UE, recalcó el papel destacado que para Europa tienen los países del Caribe.
En su discurso afirmó que la UE apoyará en el Caribe el sector del transporte marítimo para impulsar el desarrollo económico entre las pequeñas islas de la región.
«El Caribe es una zona preferente para ayudarles a recuperar la institucionalidad que les permita tener una base para tener voz y presencia en el mundo. Debería ser prioritaria la zona del Caribe», dijo en declaraciones posteriores a EFE.
En este sentido, recalcó la importancia de encontrar la forma de ayudar a Haití, en consonancia con lo expresado en su discurso por el representante de la República Dominicana, el ministro de Economía Pável Isa Contreras.
Ganar influencia
Por su parte, Jutta Urpilainen, comisaria europea de Asociaciones Internacionales, destacó que el Acuerdo de Samoa lleva la relación entre Europa y los países de la ACP «a un nuevo nivel» que permite responder a desafíos como el cambio climático mientras reafirma el compromiso con los derechos humanos y la democracia.
La firma sirvió a la UE para promocionar el Global Gateway, su estrategia de cooperación a través de proyectos con el que trata de ganar influencia ante la pujanza de las dos grandes potencias: EEUU y especialmente China.
Aunque la gran potencia asiática no estaba presente en la conferencia de hoy en Samoa, lo estaba de forma indirecta: el pabellón polideportivo en el que se organizó el evento fue construido con financiación china, como indica una placa a la entrada del complejo.
Firma en Samoa
La firma en Samoa, un país de poco más de 200.000 habitantes en el Pacífico Sur, es buena muestra de la creciente importancia geoestratégica de esta región del mundo, escenario de una lucha por la influencia entre las dos grandes potencias mundiales.
«La firma en Samoa es un mensaje muy potente. Es una manera de colocarnos en el mapa», dijo Cancela, quien recalcó que «es un movimiento inteligente» por parte de la UE acercarse al Pacífico, donde no hay una presencia europea importante, con una sola delegación en Fiyi.
La firma se produjo en un ambiente distendido, con la mayoría de los delegados luciendo coloridas camisas al estilo polinesio mientras un coro local amenizaba la sesión y tapaba el constante canto de los pájaros que se colaban en el edificio.
Sin embargo la satisfacción por la firma quedó algo empañada por los 35 países de la ACP que no lo han firmado, algunos porque sus delegados no pudieron desplazarse a Samoa, mientras que otros presentes en la conferencia, como Jamaica y Namibia, han mostrado sus dudas.
Cancela recordó que tienen de plazo hasta final de año para rubricarlo si no quieren quedar al margen.
«Los países que se queden fuera tendrán un problema enorme porque no serán capaces de participar en los grandes fondos que van a moverse y los grandes recursos».
Identidad europea
Uno de los obstáculos en las negociaciones iniciadas en 2018 ha sido la reticencia de algunos países con algunas cuestiones relacionadas con los derechos humanos en asuntos como la igualdad de género o el respeto a los colectivos LGTBI.
Frente a la visión de que estas exigencias europeas representan un límite a la capacidad de la UE para alcanzar acuerdos, Cancela sostuvo que «no son una debilidad» porque «la UE tiene que reafirmar cuáles son sus valores que la diferencian del resto de actores geopolíticos y geoestratégicos en el mundo».
«Europa tiene que mostrar su identidad en el mundo porque aportamos valores de solidaridad, cohesión social, diversidad, ese respeto a derechos humanos. Esa es nuestra gran diferencia. Porque si somos como todos los demás, ¿cuál es el plus?», se preguntó.
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