Cerca de 25 millones de personas podrían pasar hambre en Nigeria a partir del próximo mes de junio por la violencia armada que existe en muchas partes de este país, los impactos de la crisis climática y el encarecimiento de los alimentos, advirtió hoy Unicef, que pidió medidas urgentes.

Unicef hizo este pronóstico a través de los datos recogidos por el Cadre Harmonisé (CH), un marco analítico sobre seguridad alimentaria, el pasado octubre.

Así, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió en un comunicado que la inseguridad alimentaria en Nigeria, que en la actualidad golpea a unos 17 millones de personas, seguirá aumentando de una manera «alarmante».

«La situación de seguridad alimentaria y nutrición en Nigeria es profundamente preocupante. He visto centros de salud llenos de niños que luchan para mantenerse con vida. Debemos actuar ahora», señaló el representante de la ONU en el país, Matthias Schmale.

Al encarecimiento de los alimentos se ha sumado «la violencia persistente en los estados nororientales de Borno, Adamawa y Yobe», donde los ataques de los grupos terroristas son habituales, y el «bandolerismo armado y los secuestrados en estados como Katsina, Sokoto, Kaduna, Benue y Níger», destacó Unicef.

Esa circunstancia ha obligado a muchas familias a abandonar sus hogares, dejando a unas 8,3 millones de personas necesitadas de recibir asistencia humanitaria solamente en los tres primeros estados.

Por otra parte, Nigeria registró en 2022 fuertes inundaciones que dañaron más de 676.000 hectáreas de cultivo, lo que evitó que muchos campesinos pudiesen cosechar sus huertos.

Según Unicef, «las inundaciones son uno de los efectos de la crisis climática en Nigeria. Se han pronosticado patrones climáticos todavía más extremos que afectarán la seguridad alimentaria en el futuro».

Los niños son los más vulnerables a la inseguridad alimentaria.

De hecho, alrededor de seis de los 17 millones de personas que pasan hambre en Nigeria son niños menores de cinco años que viven en los estados de Borno, Adamawa, Yobe, Sokoto, Katsina y Zamfara, de acuerdo con los datos recogidos por Unicef.

En los tres primeros estados, el número de niños con desnutrición aguda puede aumentar este año desde 1,74 millones a dos millones.

La desnutrición aguda debilita el sistema inmunológico de los que la padecen, poniéndolos en riesgo de enfermar y morir.

Asimismo, si no es tratada a tiempo, puede alterar gravemente el desarrollo físico y cerebral de los niños.

Los estados del centro y noroeste de Nigeria sufren ataques constantes por parte de «bandidos», un término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos, robos y secuestros masivos para lograr lucrativos rescates.

A esta inseguridad se suma la ocasionada desde 2009 por la actividad de Boko Haram en el noreste y, desde 2016, de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas inglés). 

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