Los vecinos del sector Vista Alegre, ubicado en la parroquia Chirica de San Félix, aseguraron que se encuentran sumidos en una pesadilla debido a un serio problema de aguas servidas en la calle Nueva Esparta.
Francisco Arasme, uno de los afectados, dijo a Nueva Prensa Digital que a pesar de los múltiples reportes presentados, hasta la fecha no han recibido respuesta alguna por parte de las autoridades gubernamentales.
«Esta situación nos ha llevado a vivir en condiciones precarias y representa un grave riesgo para nuestra salud y seguridad», precisó.
Comunidad estudiantil afectada
Arasme también señaló que el colegio Aquiles Nazoa, ubicado en una calle cercana, se ve afectado también por las aguas servidas.
«De verdad que pasan una cantidad de estudiantes por ahí a diario, en la mañana y por supuesto en la tarde, porque en la mañana es primaria y en la tarde ya es secundaria, liceo», puntualizó.
El afectado destacó que las maestras también toman esta ruta, docentes que no son de la zona y se quedan en la avenida Libertador y tienen que pasar obligadamente por esta vía para llegar a la institución.
Olor insoportable
El afectado mencionó que la situación se agrava aún más por la presencia de gusanos y olores insoportables.
«Es urgente que se tomen medidas inmediatas para resolver esta situación y garantizar la seguridad y bienestar de todos», recalcó.
En vista de esta situación crítica, la comunidad de Vista Alegre hace un llamado a Hidrobolívar, la Corporación de Servicios Guayana y a cualquier entidad competente para que tomen medidas inmediatas y eficientes para resolver esta emergencia.
Vecinos de Vista Alegre piden pronta intervención
José Francisco, otro residente de la comunidad, reiteró el llamado, directamente al alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo, solicitando su pronta intervención «Esta calle está en una condición lamentable».
«Esperamos que el alcalde se aboque rápidamente a resolver esto que perjudica gravemente a nuestra comunidad y afecta a una gran población estudiantil», indicó.
Aclaró que la salud y el bienestar de ellos, así como la educación de los estudiantes, están en juego y no pueden permitirse más retrasos en la atención de esta «situación crítica».
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