Ciudad Guayana.- La economía fracturada del país se encuentra en un periodo de incertidumbre, siendo los más afectados quienes se mantienen del día a día como los vendedores informales.
Tal es el caso de Samuel Brito de 29 años de edad, un vendedor de frutas, verduras y hortalizas. Desde hace 1 año con 6 meses trabaja en la avenida Las Américas.
Es padre de 3 niños y por medio de su trabajo, logra llevar el pan diario a su hogar. En los días malos, guarda la mercancía para volverla a colocar en venta.
Se observa por el equipo de Soy Nueva Prensa a los lugareños acercándose para comprarle porque ya lo conocen. Además de vender en la vía, tiene una bodega en casa donde vende: dulces, confitería, entre otros productos comestibles.
“Si uno no sale no vende nada, no lleva nada a la casa y saliendo se vende algo, si no salimos ¿qué comemos?”, expreso Samuel Brito.
Las ventas diarias que hace es el único ingreso que puede tener, por lo que es indispensable salir todos los días para sobrevivir.
En la misma situación se encuentra Joanaray María Rodríguez; quien a diario sale a trabajar desde hace 8 meses.
‘‘Todo es un juego, es como todo hay días buenos y días malos. Lo importante es ser constante en salir a vender a pesar de las dificultades’’
“Ahorita las empresas no están trabajando como antes, a juro hay que trabajar en la calle porque si uno no trabaja ¿cómo uno hace?”, señalo Rodríguez.
Otra vendedora de alimentos, que prefirió mantener su nombre bajo reserva, manifestó que la pandemia agravó duramente las ventas.
El comercio informal es el único salvavidas de quienes quedaron desempleados o vieron su negocio caer.
Heidy Mendoza
Pasante
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