Caracas.-La alimentación de los venezolanos ha dado un giro drástico desde que se contabilizan 25 meses consecutivos de hiperinflación, por el aumento diario de los precios de los productos básicos, causando que las personas dependan de un sueldo mínimo o bajo, buscan alternativas alimenticias en algunos carbohidratos y granos, sacando por completo del menú diario las carnes, lácteos, verduras, frutas o grasas.

Raquel Mendoza, nutricionista de la organización de Derechos Humanos, alertó que esta situación está causando muchos estragos en la salud de los venezolanos incluso al punto de poder acortarles la vida, también provocando retardos de crecimiento y desarrollo intelectual de los niños menores de 5 años.

“En las comunidades más vulnerables de Barquisimeto, las madres cuentan que la leche de los teteros ha sido sustituidas por caldo de caraotas, agua de arroz, pasta o maíz, pensando que eso los alimenta, rara vez les dan a comer a sus hijos pollo o carne. Estos alimentos son imprescindibles para garantizar su salud y desarrollo”, indicó.

La anima y falta de hierro en la sangre se ha vuelto una de las principales consecuencias de la mala alimentación que tienen los venezolanos por el bajo poder adquisitivos y altos precios de los productos.

Digan Márquez asegura que “mi dieta consiste en ingerir los productos CLAP: arroz, lentejas pasta y algo de aceite es lo que me ayuda a paliar la crisis por unos 15 días. Cuando no me llega el beneficio paso hambre”, relató la abuela.

María Escalona, ama de casa, contó que su desayuno es un cambur con café, y cuando no cuenta con granos le toca comer arroz sólo.

Iraima Torrealba, confesó que la da a su niño de tres años sopa de auyama a diario, porque los recursos no le alcanzan para comprarles frutas o carne, que en el mercado ya supera los 220 mil bolívares el kilo.

descifrado.com

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