La desaparición de los medios impresos en Venezuela, a consecuencia de la crisis, ha llevado a los editores a reinventarse para volver a los orígenes y recuperar el olor a tinta y papel de antaño, de la mano del “pregonero”, como se conoce en el país al tradicional repartidor de prensa a domicilio.
Con esta figura contará a partir del próximo 3 de agosto El Nacional, un emblemático diario que, pese al embargo de su sede como parte de una indemnización de 30 millones de dólares al número dos del chavismo, Diosdado Cabello, por “daño moral”, anunció esta misma semana que volverá a imprimirse, con ediciones limitadas y a través de una suscripción.
El periódico vuelve tras dos años en los que solo se ha podido leer en formato digital, igual que lo ha hecho La Prensa de Táchira, que empezó a circular como semanario impreso recientemente.
Resurge el pregonero
En noviembre de 2019, también salió la primera edición del impreso Entérate, que se reparte de forma gratuita en distintas zonas populares de Caracas, llegando, a través del repartidor o “pregonero” a los lugares donde la gente está más aislada, explicó a EFE la editora del medio, Gabriela Rojas.
“Este proyecto surge a partir de una inquietud y de un problema que estamos detectando un grupo de periodistas, en el cual nos dimos cuenta que había un montón de gente, mucha más de la que uno cree, que estaba totalmente aislada”, precisó.
Según explicó Rojas, la progresiva pérdida de acceso al papel necesario para imprimir, la escasez de medios y el alto costo del formato físico han llevado a la desaparición casi total de la prensa tradicional, perdiendo la “cercanía con la gente”.
Para poner remedio a esa distancia, Entérate empezó a circular en seis comunidades de Caracas con 2.500 ejemplares que se han ampliado a 6.000 en 17 sectores.
La distribución se hace de forma “orgánica”, gracias a la ayuda de líderes sociales o habitantes de esas zonas como La Vega, La Cruz, Petare, Chapellin y La Lucha, es decir, los “pregoneros”.
Joel Barreto, uno de los líderes que los reparte en dos de las comunidades, contó a EFE que siente que las personas, especialmente las de la tercera edad, se están informando más con la entrega de este impreso y que antes debían esperar a que llegara algún familiar con teléfono inteligente para poder enterarse de las noticias.
“Las personas mayores no manejan teléfonos inteligentes, no están informados, pero ahora me buscan para entregarles su periódico”, agregó. Al principio, comentó Barreto, era “difícil” que las personas aceptaran el impreso; tras conocer Entérate, incluso proponen temas de las comunidades para que los periodistas los desarrollen.
“Huérfanos de medios”
El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) considera que es buena noticia que algunos medios estén en circulación en formato impreso, pero advierte que el panorama no es alentador, ya que desde la creación en 2013 del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), corporación estatal para la importación y compra de papel, han desaparecido al menos 104 impresos.
Actualmente solo hay 20 medios impresos en el país y solo uno, Nuevo Día, del estado Falcón, es diario; el resto se publican con periodicidad semanal o, dependiendo del inventario, pueden circular dos o tres veces por semana.
El pasado 26 de mayo, el diario El Tiempo de Anzoátegui (oriente), que pasó a ser semanario en 2018, anunció el cierre definitivo de su rotativa por falta de papel y la crisis económica que vive la nación caribeña.
Con este cierre, de acuerdo a datos de IPYS, la entidad del oriente se suma a otros 10 estados del país que se quedan “huérfanos de medios” impresos.
El coordinador de Monitor de Libertades del instituto, Yhoger Contreras, señaló que el año pasado la organización publicó el estudio “Atlas del Silencio”, donde informó que 90 municipios de Venezuela no cuentan con medios que hagan abordajes sobre esas localidades.
“Este escenario genera una mayor preocupación porque estas personas no se están informando de lo que está sucediendo en el país. Tenemos testimonios de algunos ciudadanos, que se encuentran alejados de zonas metropolitanas de algunas entidades, que están viviendo totalmente desconectados de lo que ocurre”, alertó Contreras.
De esta forma, prosiguió, aumenta la población que no tiene información y a la par les impide tomar decisiones conscientes sobre las cosas que pueden hacer en el futuro, para su beneficio o el de su familia.
EFE
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