Venezuela ocupa el primer lugar con la mayor tasa de embarazo adolescente en Latinoamérica, advirtió Suzany González Zambrano, directora del Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos.
“Venezuela tiene una tasa de fecundidad adolescente de 97,7 por cada 1.000 mujeres adolescentes. Esa es una tasa de entre 15 y 17 años porque es la edad en la que se toman en cuenta los embarazos adolescentes; no se toman en cuenta ni siquiera los embarazos en niñas, que es muy grave porque estamos frente a situaciones de abuso infantil”, dijo González.
Indicó que el promedio la tasa en Latinoamérica es de 60 por cada 1.000 mujeres, por lo que Venezuela estaría en el primer lugar de la región. Manifestó que se trata de una situación crítica y compleja que está poniendo en riesgo la vida y el futuro de la niñez y la adolescencia en el país.
“Siempre es un fenómeno multicausal. Muchas veces algunas políticas en partes del mundo que se han dedicado más al control de la natalidad y la entrega de métodos anticonceptivos y no transforman esas tasas porque tienen elementos profundamente culturales”, expresó.
“En Venezuela, por supuesto, no escapamos de ello. Vamos a decir: elementos culturales asociados al mandato social de la maternidad, que se cree que se es mujer solo si se es madre; en la crisis de la adolescencia, no es que no planifiquen pero en el fondo desean ser madres y hay mayor riesgo con respecto a esto”, añadió.
Falta de educación sexual
La directora del Cedesex destacó, sin embargo, que en el contexto de la grave crisis que se vive desde el 2015 ha recrudecido la falta de acceso a la educación integral de la sexualidad de las niñas, niños y adolescentes, así como la ausencia de acceso a los métodos anticonceptivos y de prevención de infecciones de transmisión sexual.
Habló además de la ausencia del servicio de salud sexual del sistema nacional de salud pública, lo que ha aumentado los niveles y los factores de riesgo. “Y otros elementos sociológicos y psicológicos, donde vemos que frente a la crisis de valores, de amor y de afecto, terminan encontrando en la maternidad esa fuente de afecto de que carecen”.
“Lamentablemente en el sistema de salud pública no se ha priorizado la salud sexual y reproductiva más allá de la salud materna, porque pareciera que las mujeres somos importantes nada más en la medida en que estamos embarazadas. Pero para prevenir los embarazos no deseados hay menor recursos en las políticas”, criticó.
Citó estudios de organizaciones y algunos datos que ha revelado el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas que señalan que la escasez de métodos anticonceptivos en el sistema de salud pública llega a 90%.
“Hay muy poco acceso y afecta más que todo a las mujeres empobrecidas, las más vulnerables, pero sobre todo a las adolescentes. Porque si bien hoy en día en las farmacias se puede acceder a un gran número de métodos anticonceptivos, la verdad es que son inaccesibles para la gran mayoría de las mujeres”.
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