Ciudad Guayana.-“Un emprendedor de lucha constante, padre ejemplar y sobre todo un ser humano excepcional”, así lo describen Liseth, Paola, Víctor, y Henry Fernández a su padre, el empresario peruano–venezolano, Víctor Manuel Fernández «Don Víctor», que se dedicó gran parte de su vida al comercio de productos deportivos.
Don Víctor nació en Perú y emigró a Venezuela luego de recibir un contrato laboral de una empresa en la ciudad de Puerto Ordaz.
Con una maleta llena de ilusión y sueños, Víctor emprendió su viaje al país caribeño, que en poco tiempo se volvería en su nuevo hogar.
Casado y con 4 hijos nacidos en este paraíso, “Don Víctor” Fernández decidió emprender y cumplir ese sueño. El sueño de hacer patria lejos de su querido Perú.
Víctor Manuel: De comerciante informal a empresario consolidado
Comenzó en el comercio informal atravesando muchas dificultades, pero adquiriendo aprendizajes de la mano de su amada esposa, Ana María Medina, de también origen peruano.
Ana María es descrita por sus hijos como «una mujer trabajadora», que hasta el último día de vida de Víctor, fue su aliada y principal fuente de inspiración y lucha.
Luego de varios, Fernández y Medina fundan su empresa Inversiones Fernández Sport Wear C.A.
Una compañía dedicada a la venta de productos deportivos de calidad en Ciudad Guayana, que trabaja bajo la marca comercial Total Sport.
Debido a su gran pasión por el fútbol, Don Víctor incursionó con total éxito en este rubro.
Iniciando con la comercialización de productos deportivos y posteriormente la confección de los mismo, así convirtiéndose en uno de los comercios de productos deportivos preferidos de los guayaneses.
Apoyo a los equipos guayaneses
El afán al deporte rey, apoyó a los equipos de la región, teniendo el honor de vestirlos a Mineros de Guayana y Minerven de Bolívar.
40 años de su vida pasó Don Víctor en Venezuela, adaptándose y amando cada uno de sus costumbres, en particular la música llanera.
El pasado 10 de julio, Don Víctor Manuel Fernández partió de este mundo terrenal de manera inesperado, pero dejando un gran legado para su esposa Ana María, sus hijos Liseth, Paola, Víctor, Henry y nietos.
Un legado que lleva el sacrificio, perseverancia, constancia, trabajo duro y ganas de salir adelante como bandera.
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