Falmouth (R.Unido).- El G7 reúne desde hoy a viejos conocidos que, en varios casos, se sientan por primera vez en la «mesa de los mayores»: la mitad de los líderes del grupo se estrenan al frente de sus delegaciones, pero todos ellos cuentan con amplia experiencia desde la segunda fila.

Si la última vez que los dirigentes se vieron en persona -en Francia en 2019- las caras nuevas dominaban la foto de familia, en esta ocasión es el turno de rostros que llevan tiempo tras los bastidores del poder.

Paradigma de este cambio de guardia es el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, quien reemplaza al disruptivo Donald Trump, que llegó del mundo de los negocios para convertirse directamente en presidente de Estados Unidos.

Frente al salto mortal con doble pirueta y sin red que protagonizó Trump, la trayectoria de Biden es la opuesta: senador desde 1973, cuando solo tenía 30 años, el ahora presidente ha desempeñado toda una panoplia de cargos en Washington, que desembocaron en la Vicepresidencia bajo el mandato de Barack Obama (2008-2016).

Biden ha crecido entre cumbres, son su hábitat natural, y su apuesta decidida por el multilateralismo lo convierte en eje de este foro que sigue en busca de una nueva identidad.

DEL NOVATO CONTE AL EXPERIMENTADO DRAGHI

Algo similar al caso estadounidense sucede con Italia, componente de un grupo que también conforman el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Japón y la Unión Europea (UE).

El entonces desconocido Giuseppe Conte, un jurista sin vinculación política que fue propuesto como primer ministro por el Movimiento 5 Estrellas, representó a su país en Biarritz (Francia) hace dos años.

Pese a sus buenos niveles de aceptación ciudadana, la política italiana hizo honor a su reputación de convulsa y despiadada, y lo apeó de la jefatura del Gobierno en enero de este año.

¿Su sucesor? Otro viejo conocido, el economista Mario Draghi, quien a los mandos del Banco Central Europeo de 2011 a 2019 capeó la crisis financiera y condicionó en no pocas ocasiones las políticas macroeconómicas de los Estados de la UE.

Es de esperar que Draghi, habitual en este tipo de reuniones pese a proceder de las finanzas y no de la política, encuentre su sitio en una cumbre que tendrá un amplio espacio para la economía y la recuperación pospandemia.

NUEVAS SILLAS PARA SUGA Y VON DER LEYEN

Novato también en un G7 es el japonés Yoshihide Suga, pero sólo como rostro visible de su delegación, pues fue la sempiterna sombra del anterior primer ministro, Shinzo Abe, a lo largo de su último mandato (2012-2020).

En su puesto de secretario jefe del Gabinete, el semblante serio de Suga fue una cara familiar en los hogares japoneses, a cargo como estaba de la portavocía del Ejecutivo, pero también secundó a Abe en foros multilaterales como este G7 en el que encabeza su delegación por primera vez.

Y al frente de la Comisión Europea (CE) comparecerá otra figura habitual de las cumbres, pero casi siempre detrás de su entonces jefa: la alemana Ursula von der Leyen.

La presidenta del Ejecutivo comunitario atesora una extensa carrera en los gobiernos conservadores de la canciller alemana, Angela Merkel, quien ya recurrió a ella desde que alcanzó el poder, en 2005, como ministra de Familia.

Desde entonces, siempre hubo una cartera reservada para Von der Leyen en los gabinetes de Merkel: Familia, Trabajo y finalmente Defensa, donde, de 2013 a 2019, desempeñó su mayor actividad internacional.

Nombrada en diciembre de 2019 como presidenta de la CE, detentará en Cornualles la silla que era propiedad de Jean-Claude Juncker en la anterior cumbre, pero que éste ni siquiera llegó a ocupar en Biarrtiz al haber sido operado recientemente.

Como presidente del Consejo Europeo también ha habido un relevo: al polaco Donald Tusk lo reemplaza el belga Charles Michel, quien, este sí, ya encabezó las misiones de su país cuando era su primer ministro (2014-2019).

En la bahía de Carbis, todos estos debutantes compartirán mesa y mantel con el británico Boris Johnson, el francés Emmanuel Macron, el canadiense Justin Trudeau y la alemana Angela Merkel, habituales ya en estas lides, que celebrarán a buen seguro recuperar a algunos nombres de la vieja escuela para ahorrarse sobresaltos.

Enrique Rubio EFE

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