Quito.- La visa humanitaria que entrará en vigor en Ecuador el próximo 26 de agosto no será un impedimento para que los venezolanos que se acojan a ella accedan en el futuro, si así lo desean, al proceso de naturalización.
Así explicaron a Efe fuentes del Ministerio de Exteriores, quienes precisaron que «el trámite para acceder a la naturalización no está ligado de ninguna manera a tener una visa anterior».
«La visa no constituye ningún tipo de prerrequisito para la naturalización. Para acceder a la ciudadanía ecuatoriana se prevén requisitos que están claramente estipulados por la ley y que no dependen de tener una visa previamente», según el Ministerio.
A finales de agosto entrará en vigor en Ecuador una nueva normativa para los migrantes venezolanos que consiste en la necesidad de tener una visa antes de ingresar al país, ya sea humanitaria o de turista.
Esta autorización se podrá obtener en los consulados ecuatorianos por todo el mundo y, en Venezuela, en los de Caracas y Valencia.
Para los migrantes que ya están en el país, la normativa, descrita en el decreto presidencial 826 del 25 de julio, establece una amnistía a la hora de regularizar su situación, si no lo han hecho ya, y el acceso a una «visa humanitaria temporal» por espacio de dos años que será gratuita.
El aplicante solo deberá pagar 50 dólares por el formulario de gestión y la tramitación burocrática de la misma, pero no la visa en sí.
Estas medidas fueron adoptadas la semana pasada por el Gobierno ecuatoriano para «ordenar» y «regularizar» la situación de más de 350.000 migrantes venezolanos que se han quedado en el país, y que según datos de la ONU podrían llegar al medio millón a finales de este año.
Per cápita, Ecuador es el país que más migrantes ha recibido estos dos últimos años, a un coste que sus autoridades elevan a cerca de 77 millones de dólares en 2018.
Entre las dudas de muchos de estos migrantes estaba la de si las nuevas visas eran de carácter temporal exclusivamente, con obligación de regreso a su país al término de la crisis política, económica y humanitaria en Venezuela, o si, por el contrario, podrían acceder a la residencia permanente y la naturalización si así lo desearan.
Según el Ministerio de Exteriores, los dos procesos son separados y por tanto no hay conexión entre ellos a la hora de solicitar la naturalización.
Ecuador aplica hasta ahora una política de «puertas abiertas» al ingreso en el país, pero esta semana la Presidencia presentó un conjunto de enmiendas a la Ley de Movilidad Humana -independientemente del caso venezolano- para regular el ingreso, de forma que no sea totalmente libre, particularmente para los infractores de la ley.
«Creo que este es el mensaje que tiene que ser más claro: hay una manera de tratar a las personas que vienen al Ecuador y cumplen con la ley (..), pero hay un tratamiento completamente distinto a las personas que la infringen», destacó la ministra del Interior, María Paula Romo, al presentar las enmiendas junto a su colega de Exteriores, José Valencia.
Y valoró que la política de puertas abiertas, que proviene de la visión hace más de diez años del anterior Gobierno de Rafael Correa de no exigir visa a ningún país, no consiguió sus objetivos porque permitió el ingreso de todo tipo de personas involucradas en delitos.
EFE
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