Wellens
El ciclista belga Tim Wellens, del UAE Team Emirates, durante la etapa 15 del Tour de Francia que se ha disputado entre Muret y Carcassonne, Francia. EFE/EPA/MARTIN DIVISEK

Después de una galopada en solitario de más de 50 km, el más valiente y audaz de la escapada del día, el belga Tim Wellens (UAE), campeón nacional, se impuso en la decimoquinta etapa disputada entre Muret y Carcasona, de 169.3 km, en la que mantuvo el jersey amarillo el esloveno Tadej Pogacar.

Wellens (Sint Truiden, 34 años) se estrenó en el Tour de Francia completando el tríptico mágico de victorias en las 3 grandes, ya que cuenta don 2 dianas en Giro y Vuelta. En Carcasona rompió la muralla con un triunfo en solitario que disfrutó dando palmetazos en las manos de los aficionados.

Feliz el gregario de Pogacar, el más fuerte y ambicioso de la escapada del día. Atacó con fe en la última subida, abrió hueco y empezó a escribir su hazaña particular. Entró en meta puño en alto, con un tiempo de 3h.34.09, a una media de 47,4 km/hora.

 A 1,28 minutos llegó su compatriota del Visma Victor Campenaerts, y a 1.36 un grupo liderado por Van Aert, donde estaban Carlos Rodríguez, Iván Romeo y los colombianos Harold Tejada y Santiago Buitrago. El pelotón finalizó la jornada laboral a 6.07 minutos.

En la general el principal cambio lo firmó Carlos Rodríguez, quien corriendo al alza desplazó al irlandés Ben Healy de la novena plaza. En las plazas del podio, sin novedades. Pogacar descansará este lunes en Montpellier en un colchón de 4.13 minutos sobre Vingegaard y de 7.53 respecto al alemán Florian Lipowitz.

Inicio caótico, Lipowitz al suelo, Vingegaard atrapado

El pelotón salió de Muret dejando atrás los Pirineos para la disputa de una etapa de transición previa a la jornada de descanso. Hay ganas y necesidad de reposar, de restaurar los cuerpos tras la paliza pirenaica, pero la llegada a Carcasona invitaba a la vuelta a escena de los aventureros.

Caos de salida. Mientras se intentaban las escapadas una montonera atrapó a varios nombres importantes, como Vingegaard, la revelación alemana Florian Lipowitz, tercero de la general, o Lenny Martínez, Alaphilippe, Pablo Castrillo…. El pelotón hizo la obra de caridad del día esperando a los afectados. El otro día el grupo hizo lo mismo con la caída de Pogacar.

Van der Poel se encargó de romper las hostilidades una vez incorporados los afectados por la caída. El gigante de las clásicas encendió la mecha y siguieron el reguero Wellens, Campenaerts, Powless, Lutsenko. Una docena de corredores que no llegó a sentenciar la etapa por las reacciones que se iban sucediendo en el pelotón.

Los hombres de la general decretaron día de tregua, pacto de no agresión. Era día para los subalternos, para los que sueñan con justificar su carrera o la temporada con una victoria en el Tour. La fuga iba recibiendo nuevos inquilinos o perdiendo efectivos.

Carlos Rodríguez en la pelea

La fuga estaba hecha una vez que pasaron las tres cotas del recorrido, la última el Pas du Sant (2a, 2,9 km al 10.2), donde quedaron Wellens, del UAE de Pogacar, Campenaerts, del Visma de Vingegaard, el rockero americano Simmons, siempre en la batalla, y el australiano Storer, quien coronó al frente.

En la persecución un rosario de pequeños grupos, entre ellos el de Carlos Rodríguez, décimo en la general y con la espina de ganar una etapa. El andaluz se alió con Vlasov, Lutsenko y Barguil. Este cuarteto enlazó con cabeza de carrera a punto cerca de la cima no puntuable, pero más dura que las anteriores, del Col de Fontbruno.

Wellens un gigante en Carcasona

La fusión encendió los ánimos del campeón belga Tim Wellens en la parte más dura del repecho, y se largó en solitario con un maratón hasta meta, 42 km. Con una fuga similar venció en el campeonato nacional. Los rivales, a perseguir. El pelotón de Pogacar a 6 minutos, ajenos a la batalla, pacto de no agresión.

Wellens desafió al calor, a la presión de los rivales y a la fatiga de una prolongada escapada. Desde el coche recibía el belga bidones de agua que caían de inmediato sobre su cabeza. No había dolor para el portador del maillot con la bandera nacional, sólo ilusión y rabia por lograr un objetivo que le iba a permitir pasar al selecto sector de 102 ganadores de etapa en las tres grandes.

  Un hombre de Pogacar, uno de los mejores escuderos del esloveno en la primera semana de «clásicas» del Tour, se iba a dar un merecido homenaje, toda una recompensa a un gregario que no escatima esfuerzos por el líder del UAE. Imposible echar el guante a Wellens, que lejos de ser alcanzado por el grupo de Carlos Rodríguez, fue aumentando la diferencia.

   El «club de las tres grandes» abrió las puertas a Wellens. Brazos en alto, saludando al público, se estrenó en el Tour con su victoria profesional número 41 en la bella y monumental capital de Occitania, presidida por su Ciudadela medieval. Esta vez la alegría del UAE no llegó de la mano de Pogacar, pero esloveno es el más feliz del pelotón. Está a una semana del cuarto Tour.

Descanso y el Mont Ventoux

  Este lunes el pelotón disfrutará en Montpellier de la segunda jornada de descanso del Tour. Jornada para cargar las pilas ente la última semana, que comenzará el martes con la etapa del Mont Ventoux y tendrá sus citas claves el jueves y viernes en los Alpes con el Col de la Loze y La Plagne como referencias para los hombres de la general.

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