El West Ham demostró este lunes que está dispuesto a prolongar su sueño hasta el final y se aupó a los puestos de acceso a la Liga de Campeones, tras imponerse por 2-3 al Wolverhampton, en un choque en el que los londinenses dieron una auténtica lección de juego de contragolpe en el primer tiempo.
No le importa al conjunto de David Moyes ceder la posesión del balón a sus rivales y ni falta que le hace, ante la demoledora contundencia de su juego de contraataque.
Tal y como demostró este lunes ante el Wolverhampton, en un encuentro en el que los “hammers” castigaron cada mínima imprecisión de los locales con una letal contra.
En esa vertiginosa sinfonía jugó un papel fundamental el delantero Jesse Lingard, que llegó cedido al conjunto londinense en el pasado mercado invernal por el Manchester United.
Lingard ha encontrado en el esquema de juego del West Ham el hábitat ideal para explotar su velocidad, como dejó claro con su sensacional actuación en la primera parte.
El internacional inglés se encargó de abrir el marcador a los 6 minutos de juego tras un fulgurante esprint, en el que Lingard aprovechó el inteligente movimiento del jamaicano Michail Antonio, que arrastró a todos los defensas, para plantarse sólo en el área.
El gol espoleó todavía más si cabe a Lingard, que ocho minutos después, en el 14, propició el 0-2, obra del español Pablo Fornals, con otra sensacional carrera.
Pero a Jesse Lingard aún le quedaban fuerzas para romper de nuevo por velocidad a la zaga local antes de asistir al recién ingresado Jarrod Bowen para que estableciese en el 38 el momentáneo 0-3.
Aunque si de velocidad hablamos no se puede olvidar al delantero español del Wolverhampton, Adama Traoré, que con una cabalgada llena de potencia desde su propio campo a la línea de fondo propició el gol (1-3) del belga Leander Dendoncker en al último minuto de la primera mitad, que hizo soñar al Wolverhampton con la remontada.
Un sueño que pareció poder convertirse en realidad a los 13 minutos de la segunda mitad, cuando el jovencísimo delantero portugués Fabio Silva, de tan sólo 18 años, puso el 2-3 para los “wolves”.
Pero si en el primer tiempo el West Ham apeló a su velocidad, en el tramo final del segundo período los de David Moyes apelaron a su oficio para sumar un triunfo, que permitió a los “hammers” situarse en las plazas de acceso a la Liga de Campeones, tras arrebatar al Chelsea el cuarto puesto.
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