plásticos en una bahía
Fotografía de archivo de plásticos en una bahía. EFE/Bienvenido Velasco

A una semana de que comience en Ginebra la que podría ser la última ronda de negociaciones para un tratado de limitación global de los plásticos, la organización ambiental WWF hizo un llamamiento a que la comunidad internacional no ceda a las presiones de una minoría de países -principalmente productores de petróleo- que mantiene su oposición a un acuerdo.

«Hay que forjar un tratado fuerte, vinculante, a nivel global, para poner fin a la contaminación plástica, pero se corre el peligro de firmar un acuerdo débil, que no haga, sino perpetuar el daño a futuras generaciones», alertó la ONG en un comunicado.

Países como Arabia Saudí, Rusia, Irán y otros grandes productores de crudo, materia prima esencial para la fabricación de todo tipo de plásticos, han manifestado su oposición a un tratado limitante y con obligaciones, y han exigido que todo acuerdo que salga de Ginebra se apruebe por consenso de todas las delegaciones negociadoras.

Frente a ello, WWF propone que el eventual tratado no se adopte por consenso sino simplemente por mayoría de votos, y recuerda que en el pasado otros importantes instrumentos legales con valor global, como la Declaración de Derechos Humanos, siguieron esta vía.

«Los países productores de petróleo han usado la idea del consenso no para llegar a acuerdos, sino para sabotearlos, eso no es multilateralismo, sino obstruccionismo», aseguró en el comunicado la experta en las negociaciones de la WWF Zaynab Sadan.

Cada día cuesta

WWF advierte que cada día que se retrasa el tratado, en la mesa de debate desde 2022, «30.000 toneladas de plástico se vierten a los océanos», por lo que no alcanzar un acuerdo en Ginebra «hará que la crisis sea más costosa y peligrosa».

La organización acompaña su llamamiento de un informe elaborado junto a la Universidad de Birmingham en el que sintetiza más de 200 investigaciones según las cuales los microplásticos presentes en la cadena alimentaria pueden causar disfunciones endocrinas y cánceres relacionados con las hormonas, como el de mama o el de testículos, así como problemas reproductivos y de fertilidad.

Aunque las investigaciones sobre los posibles daños de los vertidos plásticos están aún en muchos casos sin finalizar, WWF asegura que es urgente adoptar limitaciones de la producción de estos materiales de forma preventiva, de la misma forma que en los 80 se aprobó reducir los gases que dañaban la capa de ozono antes incluso de que hubiera total certeza científica sobre su nocividad.

«El Protocolo de Montreal de 1987 y otros acuerdos demostró que los países eran capaces de actuar con decisión contra las sustancias que dañaban la capa de ozono, lo que evitó millones casos de cáncer de piel», recordó en este sentido el profesor en ciencias ambientales de la Universidad de Birmingham Stefan Krause.

El histórico fallo en La Haya insufla optimismo

WWF recuerda que la producción plástica puede estar asociada a entre un 21 y un 31 por ciento de las emisiones totales ligadas al calentamiento global, y que la semana pasada la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya dictó que los países deben asumir una reducción de los combustibles fósiles o de lo contrario estarán violando el derecho humano a un medio ambiente saludable.

La nueva ronda de negociaciones sobre los plásticos, del 5 al 14 de agosto, reunirá a delegaciones de 170 países, y será la sexta desde que estas se iniciaran hace tres años.

La quinta, celebrada en Busan (Corea del Sur) a finales de 2024, iba a ser en principio la última, pero se cerró sin un acuerdo en firme a causa de la oposición de países como los antes citados.

Grandes economías emergentes como China o India también han mostrado reticencias a acuerdos limitantes, defendidos, en cambio, por un gran bloque que encabeza la Unión Europea, al que se suman numerosas naciones en desarrollo.

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