El periodista Christian Zurita, que asumió la candidatura a la Presidencia de Ecuador del asesinado Fernando Villavicencio, pidió este lunes respuestas a cinco exasambleístas a los que su colega denunció en abril pasado por presuntamente planear un posible atentado contra su vida mediante sicarios.

«Deben responderle al país las circunstancias por las cuales fueron acusados por Fernando», dijo Zurita en un vídeo difundido en redes sociales por la formación política Gente Buena, de Villavicencio, en referencia a esta denuncia que el periodista y exasambleísta presentó a la Fiscalía de Ecuador el 13 de abril de este año.

De acuerdo a Zurita, los acusados por Villavicencio en esa denuncia fueron «Pablo Muentes, del conservador Partido Social Cristiano (PSC), y Ronny Aleaga, Roberto Cuero, Ronald González y Walter Gómez, relacionados a la Revolución Ciudadana», el movimiento político que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017).

La denuncia, según el candidato presidencial, «narra cómo Fernando Villavicencio se enteró, a través de asambleístas que prefirieron guardar el anonimato, de esta condición y de esta planificación que realizaban».

Así, insistió en que «deben dar respuestas al país luego del crimen brutal de Fernando», acribillado el pasado miércoles a la salida de un mitin electoral en Quito por un grupo de presuntos sicarios colombianos, de los que seis están en prisión provisional y uno falleció producto presuntamente por el intercambio de disparos con el personal de seguridad.

El 13 de abril, Villavicencio informó a través de sus redes sociales de que estaba formalizando la denuncia con los nombres de al menos cinco asambleístas.

«He recibido información de fuentes parlamentarias sobre un atentado con ‘sicarios’ que estarían preparando en mi contra y en contra de mi familia varios legisladores que han demostrado un abierto desafío a mi gestión», escribía el ahora candidato presidencial asesinado.

Villavicencio presentó esta denuncia cuando ejercía de presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional (Parlamento), en un momento donde en esta se desarrollaba el juicio político contra el actual presidente, el conservador Guillermo Lasso, que impulsaba la oposición, donde se encontraban el correísmo y el PSC.

El periodista, que actualmente mantenía una posición de centro, se configuró a lo largo de su trayectoria como uno de los acérrimos enemigos de Correa, a raíz de las investigaciones que realizó junto a Zurita y de las denuncias de corrupción que presentó contra la administración del expresidente.

Si bien tanto la familia como algunos seguidores de Villavicencio han señalado sin pruebas al exmandatario, Correa ha negado de manera rotunda en varias ocasiones estar detrás del crimen.

En los días previos a su asesinato, Villavicencio denunció además una serie de amenazas de muerte recibidas contra él y su equipo de seguridad que tenían como presunto origen Adolfo Macías «Fito», el capo de la banda criminal Los Choneros, una de las bandas más grandes dedicadas al crimen organizado y al narcotráfico en Ecuador.

Durante su campaña, Villavicencio había prometido una lucha frontal contra la corrupción y las mafias del narcotráfico, causantes según el Gobierno de la oleada de crímenes y violencia en la que está sumergido Ecuador, que cerró el año pasado con una tasa de 25,32 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta de su historia.

El sábado, «Fito», que cumple una condena de 34 años de cárcel, fue trasladado de prisión desde la Cárcel Regional de Guayaquil a La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, lo que este lunes generó protestas de presos del complejo carcelario de Guayas que reclaman que retorne a su celda original por su seguridad.

En las investigaciones para resolver el crimen de Villavicencio está participando un equipo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos, que llegó el sábado a Ecuador a petición de Lasso, luego de que el Gobierno estadounidense le ofreciese «asistencia investigativa urgente». 

Esposa de Villavicencio acusa al Estado ecuatoriano y al correísmo del asesinato

Verónica Sarauz, la esposa de Fernando Villavicencio, el candidato a la Presidencia de Ecuador que fue asesinado el pasado miércoles, culpó este sábado al Estado de la muerte de su esposo por falta de protección y al correísmo.

«El Estado es el responsable directo del asesinato de mi esposo, Fernando Villavicencio», dijo en una rueda de prensa en Quito Sarauz, quien según la familia cercana al candidato estaba separada de él desde hace seis años.

Sarauz aseguró que el «Estado tiene que dar muchas respuestas de lo que pasó» y denunció una falta de medidas de protección contra el que aún era su esposo, quien recibió varios disparos al salir de un mitin en un colegio de Quito el miércoles en la tarde.

«No quiero pensar que vendieron a mi esposo para que fuera asesinado de manera infame», conjeturó la ecuatoriana, que no aportó pruebas sobre las denuncias proferidas contra el Estado y contra el correísmo, del que Villavicencio se había vuelto su acérrimo enemigo a raíz de las denuncias que presentaba contra ellos.

«Quiero decirle al correísmo (…) que todos ellos son responsables sino directos o indirectos de la muerte de mi esposo, pero fue en este Gobierno que murió mi esposo y es el que tiene que dar explicaciones», alegó Sarauz, quien llegó a la rueda de prensa con chaleco y casco antibalas y flanqueada por un miembro de seguridad que portaba fusil.

El expresidente Rafael Correa (2007-2017) ha desmentido en varias ocasiones de forma enfática tener nada que ver con el asesinato, por el que han sido detenidos por el momento seis colombianos, acusados de ser los supuestos sicarios que ejecutaron el crimen.

Y tampoco hay aún claridad sobre quién está detrás del crimen, pero se especula que podría ser alguna de las bandas criminales que operan en el país y que el propio candidato denunció días antes de su muerte amenazas directas, y en concreto se refirió a «Fito», identificado por las autoridades como el líder de «Los Choneros».

Un séptimo hombre, también de nacionalidad colombiana, falleció el mismo día del atentado producto, según las autoridades ecuatorianas, de las heridas sufridas por el intercambio de disparos que sostuvieron los atacantes y el personal de seguridad que resguardaba a Villavicencio.

En el ataque también resultaron heridas otras nueve personas, de las que cinco se encuentran en condición estable en la Clínica de la Mujer, a donde también llegó Villavicencio en condición «fulminante», lo que impidió al personal de salud salvarle la vida, según un comunicado de ese centro de salud.

Villavicencio era uno de los ocho candidatos inscritos para suceder al actual presidente, el conservador Guillermo Lasso, en las elecciones extraordinarias convocadas para el próximo domingo 20 de agosto, donde el ganador completará el periodo 2021-2025, interrumpido por Lasso al disolver la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, cuando esta se disponía a votar su destitución.

El periodista y exasambleísta fue asesinado en el marco de una campaña electoral que, antes del atentado, ya tenía como prácticamente único tema de discusión la crisis de seguridad que afecta a Ecuador desde hace más de dos años, con asesinatos y matanzas recurrentes que el Gobierno atribuye al crimen organizado y al narcotráfico.

Familiares de Fernando Villavicencio asisten al lugar donde se encuentra el féretro con el cuerpo de candidato presidencial Fernando Villavicencio, en una fotografía de archivo. EFE/ José Jácome

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