Ciudad Guayana.-El 23 de junio de 1968, fecha de la hoy se cumplen 53 años, ocurría la mayor tragedia del fútbol argentino, cuando en la Puerta 12 de la cancha de River, que estaba colmada con 91 mil espectadores, morían 71 personas al producirse una avalancha en las escaleras de acceso, al finalizar un Superclásico con Boca.

Fue una fría tarde de invierno, durante la dictadura militar del general Juan Carlos Onganía, cuando River y Boca empataron 0-0, por el Interzonal de la 17ma fecha del Campeonato Metropolitano de 1968.

Al finalizar el partido, los hinchas del Xeneize que habían concurrido en gran número a la alta tribuna del estadio de Núñez se dirigieron a la salida de la Puerta 12 (hoy señalada como sector L de la Tribuna Centenario) para abandonar la cancha, apremiados por el frío reinante y la noche que se avecinaba.

Este último factor hizo que las escaleras y los pasillos, que debían desagotar al público sobre la avenida Figueroa Alcorta, estuvieran a oscuras. Fue entonces que se produjo una avalancha y quienes bajaban se encontraron con espectadores caídos, lo que produjo rodadas en medios de gritos de sorpresa y de dolor.

El hecho causó la muerte de 71 hinchas por asfixia y golpes.

Las primeras investigaciones dieron pie a una versión de que los molinetes de control en el acceso no había sido quitados. Otra señaló que la cortina metálica de la puerta estaba baja, lo que era menos probable.

Cualquiera de las dos hipótesis dio pie al hecho de que los primeros espectadores se quedaron trabados al llegar a la salida y que, quienes seguían bajando, en medio de la oscuridad reinante comenzaron a empujar y se produjeron las avalanchas.

Otra versión, según declaraciones de la época de abogados de River indicaron que el accidente había sido causado por hinchas de Boca que, cuando iban a ser detenidos por agentes de la Policía Federal (a cargo del general Mario Fonseca) por haber arrojado proyectiles durante el partido, y que en su afán de escapar reingresaron al estadio y chocaron con quienes querían abandonarlo.

La mayoría de los muertos fueron jóvenes. El promedio de edad fue 19 años. Por eso la causa quedó a cargo de un juez de Menores, Oscar Hermelo. El velatorio colectivo de las victimas fue en el salón principal de la cancha de Boca y el gobierno de Onganía decretó tres días de duelo nacional.

Dos meses después, el juez a cargo de la instrucción dispuso la prisión preventiva de Américo Di Vietro y Marcelino Cabrera, intendente y capataz de River, respectivamente, y dispuso un embargo de 200 millones contra ambos y contra el club.

Sin embargo, a fines de noviembre de 1968, la Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, integrada por Raúl Munilla Lacasa, Jorge Quiroga y Ventura Esteves, sobreseyó definitivamente a ambos imputados y les levantó el embargo a ellos y al Club River Plate.

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