Ciudad Guayana. Siempre es difícil de explicar qué es lo que genera el fútbol y muchas veces se convierte en una montaña rusa de emociones en la que por momentos una persona se encuentra celebrando hasta las lágrimas y en otras, derrotado sin palabras. La final de la CONMEBOL Libertadores 2019 entre River Plate y Flamengo en Lima fue justamente eso, una montaña rusa de emociones para los hinchas de ambos equipos.

El resultado del partido cambió su dirección en los últimos cinco minutos y en un pequeño lapso de 300 segundos se llevó la sonrisa de miles de hinchas de River para llenar de alegría a todo Flamengo. Hace un año, el 23 de noviembre de 2019, se jugaba en el estadio Monumental de Lima la primera Final Única de la Libertadores, un verdadero hito para una competencia que tiene más de 60 años.

Durante esa tarde, más de 70 mil personas se acomodaron en el estadio con el corazón latiendo a toda velocidad y la ansiedad recorriendo todo el cuerpo a la espera de que el árbitro Roberto Tobar diera comienzo al partido. Cantaron Tini Stoessel, Fito Paéz, Anitta, Yatra, y otros artistas hasta que finalmente sonó el silbato y comenzó el partido.

River jugó el primer tiempo perfecto. En el contexto que se daba la final, con un Flamengo que llegaba como favorito y con todas las luces, el equipo de Marcelo Gallardo anuló por completo a los dirigidos por Jorge Jesús. Los cariocas salieron con intensidad, pero desde un principio, River puso las condiciones de juego.

Dicho entusiasmo, River la bajó de un golpazo. Al minuto 13, Nacho Fernández desbordó por derecha para lanzar un centro atrás y Borré, sin pararla, remató abajó. Inatajable para Diego Alves. 1-0. A partir de allí, River hizo lo que quiso con Flamengo, que no pateó al arco en todo el primer tiempo. El Millonario cortó todos los circuitos de juego del Mengo y aisló por completo a todos sus futbolistas. Gabigol desaparecido, De Arrascaeta inconexo y Bruno Henrique sin lugar para su velocidad.

Los argentinos pudieron aumentar la ventaja con remate de Palacios desde afuera y con alguna jugada de De La Cruz, mientras que Flamengo perdió los nervios y claridad poco a poco.

El complemento fue bien distinto, Flamengo se adelantó en el campo de juego y tuvo situaciones claras de gol. Sin embargo, también fue partícipe de la polémica del partido por una posible mano de De La Cruz para evitar un gol de Everton Ribeiro. El equipo carioca comenzó a presionar más y River se paró de contra todo el segundo tiempo.

El cansancio apareció en los argentinos y Flamengo creció con el correr del tiempo, pero al Mengao le faltaba claridad en los últimos metros para poder empatar el encuentro.

Al final del partido, lo peor llegó todo para River. Todo lo hecho en 89 minutos se deshizo en cinco. Gabriel Barbosa apareció en todo su esplendor y marcó dos goles en un suspiro. A los 90 empató el duelo tras un gran pase de De Arrascaeta y dos minutos después, el mismo Gabigol se armó un golazo. Le ganó la posición a los 2 centrales y fusiló al portero Armani.

Con esta actuación Flamengo dejó una de las hazañas más grandes de la Copa Libertadores. 38 años después, Rio de Janeiro volvía a tener un nuevo campeón de América.

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