Ciudad Guayana.-Real Madrid se coronó campeón de Liga, tal día como hoy, a falta de tres jornadas al ganar a Osasuna en Pamplona (1-2) con una épica remontada con diez jugadores durante toda la segunda parte, y después de encontrarse con un gol en contra en el minuto 83.
El primer periodo fue ganado a los puntos por Osasuna, que controló más el balón y llevó la iniciativa ante un Real Madrid demasiado contemporizador y que dio la sensación de conformarse con el punto.
Con el paso de los minutos, Osasuna bajó el ritmo del juego y el Real Madrid se empezó a sentir más a gusto, pero disfrutó de pocos minutos de tocar el balón y le faltó un par más de velocidades para ir a por el partido.
La llegada más peligrosa de la primera mitad la fabricó Robben, curiosamente en el primer minuto del partido, pero su centro no lo pudo aprovechar Saviola ante el marcaje de Cruchaga.
Diarra también lo intentó con un lanzamiento lejano que despejó a córner Ricardo, mientras que Osasuna evidenció sus problemas de pegada pese a las situaciones de disparo de Portillo y Vela.
Dominio del Real Madrid
La segunda parte comenzó con la expulsión de Cannavaro al primer minuto de la reanudación, lo que obligó a Bernd Schuster a sacrificar a Saviola por Torres.
La expulsión, sin embargo, benefició al Real Madrid que, con diez hombres, practicó su mejor fútbol para acorralar a un Osasuna fundido físicamente. Así, llegó la ocasión más clara del encuentro, un lanzamiento picado de Sneijder que se estrelló en el travesaño.
Ziganda movió pieza para pasar a jugar con dos delanteros (Kike Sola y Pandiani), mientras que Schuster puso en cancha a Higuaín en sustitución de un apagado Raúl.
Osasuna no estuvo fino, al revés que los blancos, que disfrutaron de sus mejores minutos, si bien no remataron el partido, los locales
acariciaron la victoria al marcar de penalti, por mano de Heinze, transformado por Puñal en el minuto 83.
No obstante, la crueldad se cebó con Osasuna, que luchaba por evitar el descenso, y el Real Madrid acabó a lo campeón con goles de Robben, de cabeza a balón parado, y de Higuaín, en una potente volea. Aquel resultado fue justo por los méritos del Madrid en la segunda mitad.
El Real Madrid conseguía así el título de Liga y días después el Barcelona lo recibió con un pasillo en el Bernabéu como un gesto de honor de parte del equipo catalán.
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