Ciudad Guayana. Se cumple un año del día en el que la NBA y todo el mundo del deporte se estremeció con la muerte de Kobe Bryant, ídolo de los Lakers cuyo trágico destino lo convirtió repentinamente en una leyenda del baloncesto. Un año después la emoción sigue viva, pero el mundo ha cambiado.

En esta época del año se había convertido en costumbre que las televisiones y los aficionados del básquetbol recordaran el memorable partido en el que Bryant anotó 81 puntos ante Toronto el 22 de enero de 2006 (lo recordamos la semana pasada), en lo que fue una de las mejores actuaciones de la historia.

Ahora, en cambio, enero es para los seguidores de Kobe el fatídico mes en el que desapareció su héroe, a los 41 años, junto a su hija Gianna, de 13, y otras siete personas en un accidente de helicóptero durante una mañana de domingo de intensa niebla.

Aquel día los bomberos recibieron la primera llamada que avisaba que un helicóptero se había estrellado a las 9:47 (hora local), en una colina en la zona de Calabasas, una localidad de alto poder adquisitivo del noroeste de Los Ángeles.

El aparato era un Sikorski S-76 de 1991. No hubo supervivientes, informó la policía. El helicóptero se dirigía, según los medios locales, a la academia de baloncesto Mamba Sports Academy, fundada por Bryant, que se encuentra en Thousand Oaks, cerca de Calabasas. La agenda de la academia mostraba que el equipo tenía un partido ese domingo a las dos de la tarde.

La muerte de Bryant causó un enorme impacto en la ciudad donde hizo su carrera, en todo Estados Unidos y en todo el mundo. Era una estrella global como pocas que ha dado el deporte norteamericano.

Jugó 20 temporadas de la NBA con Los Angeles Lakers. Fue el jugador más joven de la historia en lograr un fichaje en la liga profesional, a los 17 años en 1996. Ganó cinco campeonatos y marcó una época junto a jugadores como Shaquille O’Neil y Pau Gasol. Es el cuarto mayor anotador de la historia de la liga, recientemente superado por LeBron James.

Su padre, Joe Bryant, también fue jugador de la NBA. Es el único jugador con dos números de camiseta retirados de Los Lakers y hace dos años ganó un Oscar por un documental sobre baloncesto.

En la ciudad de Los Ángeles, el florecimiento de murales callejeros con la imagen de Bryant y Gigi ha sido la forma de homenaje más visible durante el último año.

Cada lunes, un grupo de corredores lleva a cabo un simbólico recorrido por una treintena de murales en los alrededores del Staples Center a lo largo de 8,24 millas, los dos números que utilizó Bryant durante sus 20 años de carrera con los Lakers.

«Mucha gente me grita ‘¡Kobe para siempre!’ y me da las gracias», explicó Tehrell Porter, autor de un retrato de Kobe en un muro del centro de la ciudad.

Según el portal Kobemural.com, que recopila el número de estas obras creadas en el último año y su ubicación, existen 321 murales de Bryant en Estados Unidos, incluidos 246 en el sur de California, y otros 113 en más de 30 países, desde Uganda hasta Haití y Francia, una prueba más de que el recuerdo de Kobe está vivo alrededor del mundo.

En mayo está previsto que Bryant ingrese al Salón de la Fama en una ceremonia con sus otras tres hijas y su esposa, Vanessa, quien ha vivido el último año entre el duelo y varios procesos judiciales.

Vanessa Bryant tiene interpuestas demandas contra el departamento del sheriff del condado de Los Ángeles por la toma no autorizada de fotografías en el lugar del accidente y contra la empresa operadora del helicóptero al considerar que el piloto, también fallecido, fue responsable del accidente por negligencia.

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