Ciudad Guayana. Hoy se cumplen 15 años de la segunda mejor actuación en un partido en toda la historia de la NBA, solamente por detrás de aquel mitológico encuentro de Wilt Chamberlain y sus 100 puntos.
El 22 de enero de 2006, en lo que parecía un partido más de la agotadora temporada regular, Kobe Bryant machacó a los Raptors con 81 puntos mientras el público entraba en éxtasis y el mundo del baloncesto no se creía tal exhibición.
Kobe estuvo en la cancha 42 de los 48 minutos posibles y encestó 21 de 33 en tiros de dos, 7 de 13 en triples y 18 de 20 tiros libres.
¿Había alguna manera de mejorar esto? Claro que sí, culminando una remontada. Los Lakers siempre fueron ese pez enganchado al anzuelo de los Raptors, la desgraciada víctima, reacios a soltar el cebo. Los angelinos se fueron al descanso 14 tantos por debajo. Llegaron a perder por dieciocho, pero terminaron ganando.
Dato: Michael Jordan, para muchos el mejor jugador de todos los tiempos, no pasó nunca de 69 puntos.
“Ni en mis sueños de niño podía imaginarlo. Simplemente ocurrió. ¡Es difícil explicarlo”, comentó el protagonista de la hazaña, redondeada con dos tiros libres a 43 segundos del final, entre gritos de “MVP! MVP!” de la afición del Staples Center, que se reprodujeron cuando Phil Jackson le llevó al banquillo a falta de 4 segundos.
“He visto muchos grandes partidos, pero nunca nada como esto”, afirmó Jackson, que no se enteró del récord hasta poco antes del final, cuando uno de sus ayudantes le aconsejó que no sentara a Bryant porque llevaba ya 77 puntos. “Ha sido como un desafío personal para él enfrentarse a un equipo entero. No es exactamente el modo en que quieres ganar un partido, pero cuando tienes que ganar es estupendo disponer de un arma para conseguirlo”.
Nadie pudo parar a la estrella de Los Lakers, pese a que el técnico rival, Sam Mitchell, un especialista de la defensa como entrenador al igual que lo había sido como jugador, lo intentó todo. “El problema es que Kobe anotó las canastas más difíciles”, explicó luego. “Le pusimos dos jugadores encima e igual pudo con ellos. Intentamos una zona y fue inútil, e incluso una zona mixta, algo que no había hecho desde mis tiempos de la universidad”, cerró.
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