Ciudad Guayana.-El 31 de mayo de 1989 en el estadio Nemesio Camacho “El Campín”, de Bogotá, Colombia, el Atlético Nacional de Colombia, apodado el elenco “Verdolaga” derrotó 2 a 0 a Olimpia de Paraguay, desde los cobros de tiro penal, y alcanzó la primera Copa Libertadores de su historia, la que fue también el primer título internacional de un equipo colombiano en el historial del vecino país.
El profesor Francisco “Pacho” Maturana había al equipo en 1987 por su buena actuación con el Once Caldas en 1986 en el torneo colombiano, y se le permitió tener nómina de solamente colombianos como René Higuita, “Chonto” Herrera, Cortina, Molina, Escobar, Villa, Pérez, García, Fajardo, Tréllez, Castaño, Galeano y otros más para lograr el objetivo de ser CAMPEONES DE AMÉRICA.
Luego del subtítulo alcanzado en el torneo colombiano de 1988, el elenco “Verdolaga” tuvo la posibilidad de participar en la Copa Libertadores. Poco a poco iban desfilando por el Atanasio Girardot los rivales. Y poco a poco caían, miércoles tras miércoles.
Los ecuatorianos Emelec y Deportivo Quito, el colombiano Millonarios, Racing de Avellaneda de Argentina, Danubio de Uruguay y Olimpia de Paraguay, este en Bogotá, vieron como la superioridad de los dirigidos por Francisco Maturana se llevaban para siempre la Copa y hacían delirar a una ciudad que nuevamente llenó dos estadios en menos de 15 horas, el propio, es decir el Atanasio Girardot de Medellín, su casa deportiva y el Campín, al cual tuvo que ir a jugar la gran final, debido a la normativa de los aforos permitidos para partidos por el título, aforo que no poseía el Atanasio Girardot de Medellín.
El cuadro Atlético Nacional en primera ronda se enfrentó con Millonarios y los ecuatorianos. Tres empates en condición de visitantes: 1-1 en Bogotá, 1-1 ante Emelec y 1-1 ante Deportivo Quito, dieron la posibilidad de llegar a la segunda fase, si lograban al menos la mitad de los puntos en casa, cosa que se alcanzó, al ganarle sus partidos a los ecuatorianos (2-1 a Deportivo Quito y 3-1 a Emelec), ello sin importar la derrota 0-2 ante Millonarios de Colombia.
En la segunda fase el Verdolaga se enfrentó con un ex campeón de la Libertadores en segunda ronda: Racing Club de Avellaneda en Argentina. Un 2-0 en el Atanasio mediante anotaciones de Tréllez y Villa, permitieron ir al “Cilindro” Juan Domingo Perón de Avellaneda a manejar el partido.
No era tan fácil porque los dirigidos por Alfio “El Coco” Basile por intermedio de Raúl Iglesias y Rubén Paz alcanzaron a igualar las acciones con un 2-0 que indicaba que la tortura de los penales estaba cerca. Claro que sobre el final del partido (min 39 del S.T) un puntazo de Felipe Pérez al ángulo superior izquierdo del “Pato” Fillol le entregaba el pase a Cuartos de Final. Sobre el final de ese partido, Basile fue visionario: “Nos ganó el campeón”.
Llegaron en Cuartos de Final el duelo de colombianos por disposición de la Conmebol. El primer partido en el Atanasio Girardot terminó con un cerrado 1-0 en favor de Atlético Nacional gracias al gol de Albeiro Uzuriaga.
En El Campín, Millonarios se puso arriba 1-0 y aunque algunos creían en una goleada del cuadro azul, Nacional se calmó, manejó los hilos del partido, no permitió más anotaciones azules y sobre el minuto 34 del segundo tiempo, tras una habilitación de León Villa, John Jairo Tréllez se las ingenió dentro del área para vencer a Goycochea y lograr la clasificación entre los 4 mejores equipos del continente.
El próximo rival fue Danubio de Uruguay al que se le sacó un valioso empate en el Centenario de Montevideo a cero goles. Para el juego de regreso, como en el Atanasio Girardot ya se hacían remodelaciones de iluminación, el juego fue en tarde cívica decretada por el alcalde de entonces, fue a las 3:30 p.m. un miércoles.
Y una de las mejores orquestas verdolagas de la historia tocó esa tarde en el Atanasio cuando Nacional venció a los charrúas por un insólito 6-0 para una semifinal de Libertadores.
La tarde de la consagración del “Palomo” Uzuriaga quien con 4 tantos se deslizó por la cornisa de los más grandes y catapultó a los verdes a su primera final de la historia nada más ni nada menos que contra el Decano paraguayo, Olimpia.
El primer partido en el estadio Defensores del Chaco a pesar de Nacional haber jugado un partido notable, concluyó 2-0 en favor de los paraguayos. Todo el continente daba como campeón a Olimpia. Nacional no podía jugar la final en el Atanasio Girardot porque el estadio en ese entonces no contaba con la capacidad suficiente para albergar una Libertadores. Así las cosas, entre Pereira, Cali y Manizales y Bogotá, la escuadra verdolaga se decidió por la capital de la república para ser la casa verde del último juego de la Libertadores de 1989.
Más de 30 mil hinchas verdes asistieron para presenciar la final ante Olimpia. El trasteo más grande de la historia del fútbol colombiano y quizás mundial, lo protagonizó la hinchada más popular de Colombia que se movilizó vía terrestre y aérea.
Aquella noche El Campín pareció el Atanasio. En un partido intenso Nacional ganó el juego 2-0, el mismo marcador de Asunción, por lo que desde los penales se iba a definir al nuevo monarca.
Y allí surgió la figura simbólica y emblemática del gran René Higuita que atajó todo para que Leonel Álvarez pudiera entregar, con el disparo número 18, el título y la gloria al aficionado verdolaga y al balompié criollo.
Así se escuchó en toda Colombia, la definición campeona, desde los doce pasos, del primer éxito colombiano, en una Copa Libertadores de América.
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