Ciudad Guayana. Hablar del Liverpool significa tocar los sentimientos más íntimos de Luis Suárez. Y es que el uruguayo no sólo supo destacarse en el equipo rojo, siendo goleador y ganándose el cariño de los aficionados, sino que, además, en aquella ciudad inglesa nació su segundo hijo, Benjamín. En distintas ocasiones el delantero ha recordado el fuerte vínculo personal que le une a la ciudad del río Mersey.

Cuando “Lucho” jugaba todavía en el Ajax, varios clubes de Europa tales como Juventus y el Manchester United se habían interesado en su ficha. No obstante, la primera oferta concreta la presentó el Liverpool, que ofreció 15 millones de Euros a los de Ámsterdam, quienes consideraron que era una cantidad muy baja a pagar por el uruguayo.

Finalmente, tras una serie de negociaciones entre ambos clubes, el 28 de enero de 2011, a un día de que se cerrara el plazo que otorgó el Ajax para la venta de su capitán, se concretaría la venta de Suárez al conjunto inglés, por un contrato de cinco años y medio.

El miércoles 2 de febrero de 2011 llegaría su debut. Un Liverpool al alza con tres victorias consecutivas recibía en Anfield al Stoke City en la jornada 24 de la Premier League. Los ‘reds’, ubicados en la séptima plaza con 34 puntos no podían permitirse más tropiezos y salen al ataque frente al equipo de Tony Pulis

El arranque del partido no es el que la afición esperaba y al descanso el resultado es de 0-0. Los más de 40.000 aficionados que abarrotaban el estadio esperaban el debut de el gran fichaje del multimillonario proyecto ‘red’.

El ahora jugador del Atlético saltó al césped al 63´ y apenas 16 minutos le bastaron para perforar la portería del Stoke City. Lo hace al espacio, al límite del fuera de juego y tras recortar a un Begovic desesperado por tapar el avance del delantero “charrúa”.

Aquel tanto ante el Stoke City fue tan solo el primero de muchos. Luis permaneció en Anfield hasta mediados de 2014, cuando fichó por el Barcelona, dejando en su registro 82 goles en 133 partidos formando un promedio de 0,62 tantos por encuentro. Además, sus números hablan de un futbolista capaz de ser partícipe de todo el flujo ofensivo del equipo, consiguiendo 44 asistencias como ‘red’.

A pesar de sus buenos desempeños (máximo goleador del equipo en 2012 y 2013), sólo pudo festejar un título: la Copa de la Liga, en 2012.

Por otra parte, en el fútbol inglés, vivió quizá sus peores momentos como futbolista profesional, debido a dos incidentes que marcaron su carrera: en octubre de 2011, fue suspendido por ocho partidos, tras llamar “negro” a Patrice Evra, para entonces defensor del Manchester United. En abril de 2013, mordió el brazo de Branislav Ivanovic, en el juego entre el Liverpool y el Chelsea, y fue castigado con diez fechas.

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