Afueras del centro de detención de inmigrantes en la ciudad malasia de Bidor, a unos 140 kilómetros al norte de Kuala Lumpur, de donde la noche del jueves se escaparon 131 inmigrantes indocumentados. EFE/EPA/FAZRY ISMAIL

Un emigrante falleció tras fugarse junto a otras 130 personas de un centro de detención de inmigrantes la noche del jueves en la provincia malasia de Perak, en el oeste del país, informan este viernes las autoridades.

El Departamento de Inmigración de Malasia confirmó en un comunicado que el deceso se debió a un accidente de tráfico, mientras que medios locales precisan que la víctima fue atropellada por un vehículo durante su fuga al cruzar una autopista.

La evasión se produjo a las 21:50 horas del jueves (13:50 GMT) en el centro de detención de inmigrantes en la ciudad de Bidor, a unos 140 kilómetros al norte de Kuala Lumpur.

Unos 375 miembros de diversas agencias gubernamentales han sido desplegados desde anoche en diversos operativos para localizar y detener a los huidos, precisó hoy Inmigración al solicitar la colaboración de la ciudadanía que tenga información al respecto.

Aunque el Departamento de Inmigración no precisó la nacionalidad de los emigrantes indocumentados, la Policía local, citada por la agencia Bernama, señaló que 115 son rohinyás y 16 de nacionalidad birmana.

Este incidente es el segundo de este tipo ocurrido en los últimos años en un centro de detención de inmigrantes de Malasia.

Kedah

En abril de 2022, 528 rohinyás se fugaron de un centro del estado noroccidental de Kedah, una decena de los cuales murieron atropellados durante la huida, aunque la gran mayoría fueron apresados de nuevo.

La relativamente próspera Malasia -que no es firmante de la Convención de la ONU sobre refugiados- es, desde hace años, uno de los destinos preferentes de los rohinyás, una minoría étnica apátrida procedente de Birmania, cuyas autoridades no los reconocen y les someten a todo tipo de discriminaciones.

En agosto de 2017, el Ejército birmano lanzó una campaña militar contra la población rohinyá en el norte de Rakáin, este de Birmania, por la que el Gobierno birmano se enfrenta a una acusación de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya.

Este operativo castrense conllevó a la huida a la vecina Bangladés de más de 725.000 rohinyás, que se suman a otros miles huidos los años anteriores, y que viven en condiciones precarias en la red de campamento de refugiados más grande del mundo, desde donde algunos huyen en una peligrosa travesía en barco a Indonesia y Malasia.

En 2015 se vivió una crisis de refugiados en la región, cuando miles de rohinyás quedaron a la deriva en barcos durante semanas después de que las autoridades de Tailandia y Malasia desmantelaran las redes de tráfico de personas que los transportaban a dichos países desde Birmania.

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