Si tienes problemas para quedarte dormido, no estás sólo.
A un tercio de nosotros nos resulta difícil conciliar o mantener el sueño; incluido Michael Mosley, médico y periodista de la BBC.
Él no se dio por vencido y decidió explorar (y encontrar) técnicas sencillas y científicamente probadas para que todos podamos caer en los brazos de Morfeo sin tanta dificultad.

Probablemente ya hayas escuchado muchos consejos antes, pero quizás encuentres entre estos cinco del doctor Mosley algo que no hayas intentado.

1. Disminuye la respiración

Comenzamos con una forma simple pero increíblemente poderosa de relajarse: respirando lenta y profundamente.
Funciona aprovechando un pequeño grupo de células en lo profundo del cerebro, llamado colectivamente locus coeruleus.
A pesar de su diminuto tamaño, el locus coeruleus tiene una notable influencia en toda nuestra función cerebral.

2. Aprovecha la luz de la mañana

Uno de los mejores consejos que tuve cuando estaba luchando contra el insomnio crónico fue levantarme a la misma hora todos los días y salir a la luz de la mañana.

3. Disfruta de tu cama

Lo mejor que puedes hacer si no te puedes dormir, ¡es levantarte!
Ese uno de los más efectivos y usados métodos en la terapia del sueño.
Puede sonar contradictorio, pero se trata de que tu cama vuelva a ser un lugar tranquilo, de que tu mente asocie tu cama con el sueño y no con la imposibilidad de quedarse dormido.

4. Caliéntate para enfriarte

Un baño o una ducha tibios antes de acostarse realmente puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido.

5. Escucha a tu cuerpo

Se nos dice que 8 horas es un objetivo ideal para una buena noche de sueño. Pero tratar de alcanzar este objetivo puede ser estresante e inútil.
Los adultos tienden a necesitar alrededor de 7 a 9 horas por noche, pero eso es un promedio. A algunas personas les va perfectamente bien con menos y otras pueden necesitar un poco más. También cambia a lo largo de nuestras vidas.
La idea de las 8 horas es relativamente nueva.
En la época preindustrial, era común acostarse unas horas después del anochecer, luego despertarse y estar activo, desde charlar con los vecinos hasta estudiar, tener relaciones sexuales, y luego volver a la cama para dormir por segunda vez.
A mí, saber eso me tranquilizó, y ahora si me despierto en medio de la noche por un rato, pienso que tal vez no sea tan malo.
La profesora Nicole Tang de la Universidad de Warwick aconseja que dejes de mirar los relojes por la noche y de preocuparte por cuánto duermes.
Tu cuerpo te mantendrá informado.
Si te quedas dormido mientras haces actividades durante el día, ¡es posible que necesites dormir un poco más!

BBC Mundo

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