EFE
Teherán.- Las autoridades iraníes han mostrado una inusual contención durante este último año pese a la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 y su imposición de sanciones, pero la paciencia de Teherán llegó hoy a su límite.
El 8 de mayo de 2018, el presidente iraní, Hasan Rohaní, dijo que Irán continuaba en el acuerdo e iba a negociar con el resto de firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) una garantía de sus intereses.
Hoy, justo un año después de la retirada de EEUU y ante el fracaso de esos cinco países en contrarrestar las sanciones estadounidenses, Rohaní anunció que suspende la aplicación de algunos de sus compromisos del pacto como son la venta de los excedentes de uranio y de agua pesada.
El mandatario dio una moratoria de 60 días a los otros miembros del acuerdo para que eliminen las actuales restricciones a las exportaciones de petróleo iraní y al sistema bancario, ya que de no ser así Irán dejará de cumplir con las limitaciones de enriquecimiento de uranio y completará el reactor de agua pesada de Arak.
«Después de un año de paciencia, Irán suspende las medidas que EEUU ha hecho imposible continuar. Nuestra acción está dentro de los términos del JCPOA (siglas en inglés del acuerdo nuclear)», escribió el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, en su cuenta oficial de Twitter.
Zarif y Rohaní aludieron a que los puntos 26 y 36 del JCPOA estipulan que Irán tiene derecho a reducir sus compromisos nucleares si las otras partes no cumplen con sus obligaciones, por lo que la decisión de hoy no implica el abandono del pacto.
De hecho, Rusia y China defendieron este miércoles que Irán ha cumplido con el acuerdo y culparon al Gobierno estadounidense de crear una situación «inaceptable» y de «escalar la tensión» en Oriente Medio.
Según el analista iraní Ardeshir Pashang, del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán, la permanencia de Irán en el JCPOA se debe a que «no tiene muchas opciones sobre la mesa».
«Tiene que intentar que no se haga más amplio el consenso mundial contra Irán que promueven EEUU y sus aliados», dijo a Efe Pashang, a cuyo juicio una salida implicaría dar por ciertas las acusaciones de Washington sobre el peligro que supone Teherán.
Una retirada del acuerdo limitaría, además, los lazos internacionales de Irán y «acabaría con todas las esperanzas», explicó el analista.
La contención no ha sido siempre fácil debido a la presión de los sectores más conservadores y a las advertencias del líder supremo, Ali Jameneí, de que Irán no podía fiarse de Europa.
Europa ha adoptado una serie de medidas para contrarrestar las sanciones estadounidenses, entre ellas un canal especial de pagos, pero por ahora no han dado sus frutos.
Por eso, Pashan consideró que «el principal objetivo de Irán aparentemente es la parte europea por su falta de acción adecuada respecto a sus compromisos del JCPOA».
El analista afirmó que Europa ha mostrado «voluntad política» pero sus medidas como el canal financiera INSTEX se han retrasado y no han sido prácticas.
«La estrategia de Irán es continuar en el JCPOA pero ahora ha usado un lenguaje de amenaza y ha aplicado medidas limitadas (reducción de los compromisos nucleares) para forzar a los europeos a actuar», subrayó.
Está por ver la reacción de Europa ante el ultimátum de Irán ya que EEUU ha aumentado sus presiones al poner fin recientemente a las exenciones a la compra de petróleo iraní otorgadas a ocho países y al aplicar sanciones a su programa atómico.
El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán señaló hoy que la República Islámica ha proporcionado «suficiente tiempo» a los otros miembros del acuerdo y ha mostrado «una considerable moderación en el último año».
«La ventana que ahora está abierta a la diplomacia no se mantendrá abierta por mucho tiempo, y EEUU y los miembros restantes serán totalmente responsables del fracaso del JCPOA», advirtió el Consejo.
El acuerdo nuclear limita el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, y por eso la retirada de EEUU y sus medidas contra Irán lo han dejado seriamente dañado.
Las autoridades iraníes rechazan que el pacto solo beneficie a la otra parte mientras los intereses económicos de Irán no se garantizan, pero al mismo tiempo no quiere caer en «la trampa» de EEUU.
En este sentido, Pashang apuntó que las presiones estadounidenses al sector petrolero iraní y el reciente despliegue de un portaaviones y cazabombarderos en el golfo Pérsico buscan poner a Irán contra las cuerdas para que acepte sus condiciones de limitar sus programas de misiles y su influencia regional.
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