Evangelio

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente. Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos”

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Antonio de Padua. Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Nació en Lisboa en 1191 y murió en Padua, el 13 de junio de 1231, fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos, papeleros y de las mujeres estériles. Felicitaciones a la feligresía del casco histórico de Upata, por la fiesta de su Santo Patrón.

En la liturgia del día meditamos los textos: 2Cor 1,18-22; Sal 118 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 5, del verso 13 al 16, en el que se relata las Palabras de JESÚS, dadas a sus discípulos, sobre el modo en que debían comportarse al momento de asumir la Misión para lo cual los estaba preparando. JESÚS, les recuerda a sus interlocutores que Alianza de Sal era la Alianza de Dios con los sacerdotes, ya que muchos de ellos conocían la Escritura, y podían saber que la Alianza de Sal era duradera y aseguraba la permanencia del pueblo elegido por DIOS (Núm. 18,19).

De la misma manera la unión JESÚS con los discípulos, requieren ejercer el mandato de ser “Sal de la tierra y Luz del mundo”. Porque mientras la Sal sirve para dar sabor, preservar los alimentos y abonar la tierra para el cultivo. La Luz ilumina la oscuridad. Por lo que ambas figuras ilustran las exigencias que implica ser Testigo de JESUCRISTO. Y ese es el Mensaje que hay que Transmitirle a los demás, teniendo como único objetivo dar Gloria al PADRE que está en los Cielos y no la presunción u ostentación personal.

Al confrontarnos con el texto, viene a nuestra memoria la pregunta que nos hemos hecho en muchas ocasiones, para saber de qué manera cada cristiano puede asumir su papel de discípulos en este mundo tan indiferente a las cosas de DIOS. Porque las tentaciones y las barreras que encontramos en nuestros entornos, las que nos hacen desanimamos, quizás porque no nos creemos capaces de revertir esa situación. Y hay que tener en cuenta, que la mayoría de las personas no sabemos para qué nos llama DIOS, y los que se presentan como luces no lo serán jamás si no nos hacemos unos verdaderos discípulos de JESÚS.

Por eso es que con la imagen de la Sal y de la Luz que JESÚS, nos regala hoy, nos fortalece y nos orienta para asumir de una mejor manera nuestra Misión. Ya que nos ayuda a entender que, los discípulos de JESÚS somos Sal de la tierra, porque tenemos el mandato de hacer entrar al mundo en la Alianza de DIOS, haciendo esfuerzos por mantener en nuestras sociedades las inquietudes por la Justicia Verdadera y, con esto, impedir que la humanidad se estanque en la mediocridad.

Teniendo claro que no todos los que escuchen la Palabra se van a convertir en seguidores de JESÚS, que sería lo más maravilloso que pudiera pasar, pero lamentablemente los intereses mezquinos de los poderes fácticos del mal no lo permiten. Por eso es que nuestro Señor JESÚS, quiere, que quienes nos llamamos sus seguidores, dejemos nuestras propias huellas en el mundo, y que mediante el Testimonio de vida y nuestras obras de Misericordia el mundo tenga el Sabor y la Luz de JESÚS.

Por eso es que hoy es el día para preguntarnos: ¿en los ambientes familiares, laborales, eclesiales y en general en cada sitio en los que interactuamos, estamos alumbrando con la Luz de Cristo y dando sabor de Justicia con nuestras buenas obras? ¿En los ambientes y momentos en los que el odio y de indiferencia pretenden imponerse, somos Luz y Sal para revertir esas situaciones?

JESÚS, Maestro de la Ternura, permítenos ser Sal de la tierra y Luz del mundo, para que vivamos cada día de nuestra existencia, irradiando Tu Amor a cada uno de nuestros semejantes con los que interactuamos diariamente, transformando nuestros egoísmos e indiferencias en fraternidad y servicio para todos. Amén.

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