Ciudad Guayana. Aprisionada entre kilómetros de basura en San Félix se encuentra la pequeña comunidad de Acapulco, conformada por al menos cien familias,  la mayoría con niños.

Los habitantes de este lugar han tenido que sufrir de las carencias de numerosos recursos tales como el agua, el gas, trasporte público, educación  y comida desde hace años.

“Hace 5 meses que no tenemos gas” expresó una de las residentes de la zona,  la señora Norma Ortega.

En efecto, dado a la falta de este hidrocarburo,  los habitantes se las han tenido que ingeniar buscando entre la basura tambores de metal, parrillas y leña para la fabricación de fogones, solo de esta forma logran cocinar los alimentos.

En cuanto a la alimentación varias personas expresaron vivir solo de la venta de pescados sacados del río por los mismos pobladores,  ya que las conocidas cajas del Clap solo llegan al sector cada seis o cinco meses.

“La encargada de consejo comunal no vive en la zona,  solo viene cuando entregan algún beneficio…” reveló Norma Ortega, también añadió que la última vez que las cajas llegaron tuvieron que pagar 180 mil bolívares en efectivo,  para recibirlas.

La comunidad de Acapulco ha tenido, en más de una ocasión, las visitas de personalidades gubernamentales, quienes han prometido una solución a todos los problemas y la reintegración de los servicios, sin embargo todo esto se ha quedado solo en promesas, un ejemplo de esto,  la situación con la bomba de agua.

“La bomba de agua se dañó, el gobernador vino hace 2 años y se llevó la bomba para repararla pero no la devolvió…” mencionó Ortega.

Lo que obligó a los ciudadanos a tener que beber agua directamente del río, el cual está lleno de gérmenes por la basura, el óxido producido por barcos abandonados, sin añadir que hace tres días uno de los vecinos fue encontrado ahogado debido a las peligrosas corrientes, lo que convierte a su única fuente de agua, en un nido de bacterias.

A pesar de todos los problemas antes mencionados, sin duda alguna uno de los peores es la falta de trasporte público. Sí una persona desea salir del lugar tendrá que caminar por lo menos una hora para poder tomar un autobús, esto ha aislado casi por completo a la comunidad y los más afectados por esto son los niños,  ya que las escuelas más cercanas están fuera de su alcance por lo que la mayoría de los padres prefieren simplemente no inscribirlos.

Vistos estos problemas, una real calamidad, la que padecen los habitantes del sector Acapulco, de San Félix.

Natalie Bracamonte Jaimes

Pasante UBA

Fotos: Wuilmer Barrero

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